Siete Haftarot de consuelo
El nueve de Av marca la destrucción de ambos templos. Tres Haftarot, conocidas como “Las Tres [Haftarot] de Castigo” son leídas en los tres Shabatot que preceden al Nueve de Av. Luego, en el Shabat siguiente al Nueve de Av, comienza la serie de “Las Siete [Haftarot] de Consuelo”.
La primera Haftará de consuelo es Najamú, la que acompaña la porción de la Tora de Vaetjanán. La Haftará de Va-Tomar Tzión (sigue la semana después) es leída en conjunción con la porción de Ékev a la semana siguiente, y ésta, a su vez, es seguida de la Haftará de Aniá Soará que es leída en conexión con Reé.
Todas las materias relacionadas con Tora son precisas. Seguramente, la yuxtaposición de estas porciones de la Tora con estas particulares Haftarot no es mera circunstancia fortuita. ¿Cuál es la relación entre estas porciones y sus Haftarot?
La destrucción de ambos Templos causó mucho más que simple aniquilación física: también causó que la Divinidad partiera, como si fuere de este mundo. Esta circunstancia es revivida anualmente el Nueve de Av -y es necesario comenzar el servicio espiritual de nuevo.
Todo nuevo comienzo, particularmente un nuevo comienzo espiritual, debe ser primero facultado por Di-s y recibir Su bendición – un “despertar de Lo Alto que precede el despertar de lo abajo”.
Y por este motivo leemos la porción de Vaetjanán en el primer Shabat después del Nueve de Av. Es entonces que el servicio espiritual comienza de nuevo, y es entonces que pedimos la bendición de Di-s en esta búsqueda – un ruego implícito en la palabra Vaetjanán. Pues como nuestros Sabios explican, Vaetjanán significa un ruego por “un obsequio inmerecido”, es decir, un obsequio no necesariamente proporcionado con nuestros esfuerzos espirituales.
Apropiadamente, por ende, también leemos la Haftará de Najamú: “Consuela, consuela a Mi pueblo, dice vuestro Di-s” – una forma de bendición y consuelo que viene enteramente de Lo Alto.
Sin embargo, recibir meramente el obsequio de Di-s no basta; es necesario para el hombre despertarse él mismo -”un despertar desde abajo” – y servir también a Di-s. A la segunda etapa se alude en la porción de Ékev, la que habla que aún el nivel de ékev en el hombre – “ékev” significando “talón”, el nivel más bajo de un individuo, un nivel que no percibe Divinidad en absoluto – es sublimado para la Divinidad, de modo que también “escucha” y atiende a la palabra de Di-s.
Este concepto es apoyado adicionalmente por la Haftará de Ékev, VaTomar Tzión, en donde el pueblo judío – “abandonado y olvidado” – lamenta amargamente su alejamiento de Di-s. Y este sincero lamento resulta del propio servicio espiritual de los judíos, una manera de servicio total que realza su sensibilidad espiritual y causa a ellos deplorar su distancia con su Creador.
Mientras el servicio de escuchar a Di-s es loable, no es la manera final de servicio espiritual. La forma más encumbrada de servicio es aquella en que una persona logra un nivel tan refinado que puede no sólo oír, sino también ver Divinidad. Es esta tercer etapa a la que se insinúa en la porción de la Tora como así también en la Haftará de Reé.
Las palabras de apertura de esta porción son: “Reé Anojí -Ved [que] Yo [Di-s].. “; esto significa que un judío debe ver y contemplar a Di-s Mismo. Algo menos que eso debería sentirse totalmente insatisfactorio para el judío.
Esto da lugar al lamento en la Haftará de Reé, Aniá soará, en donde el pueblo judío expresa su angustia en su “tempestuoso empobrecimiento [espiritual] que no puede hallar consuelo” a través de las palabras de los profetas solamente, pues ellos desean estar unidos con y ser consolados por Di-s Mismo.
En verdad, Di-s accede a su solicitud y asegura a ellos, “Soy Yo, y Yo solo, Quien os consolará”. Conceder su solicitud es la respuesta de Di-s al servicio del judío – “un despertar de Lo Alto que sigue al despertar de abajo”.
Esto también explica por qué Ékev es siempre leída durante el mes de Av, mientras Reé es leída o en el Shabat que bendice al mes de Elul o en Rosh Jodesh Elul mismo. Av es el mes durante el cual D¡-s dio salida a Su ira Divina; Elul es el mes en el que Él expresa Su misericordia Divina.
Durante el mes anterior sentimos en su mayor parte la distancia, tristeza y ocultamiento resumido por Ékev Cuando el mes de Elul llega, en cuyo tiempo los Trece Atributos de Misericordia Divina son dominantes, entonces Di-s es visto en toda Su Gloria, pues: “Soy Yo, y Yo solo, Quien os consuela”.
Basado en Likutéi Sijot, Vol. IX, págs. 76-78.