Un extraño encuentro
Cuando el Alter Rebe –Rabí Shneur Zalman de Liadi-, Fundador del movimiento jasídico Jabad, estuvo en la prisión, un judío pobre en Liozna, se lamentaba y ayunaba todos los días. Cuando oyó de la liberación del Rebe, su alegría era tan grande que participó de todas las celebraciones de los Jasidim. Cuando el Rebe entró en el pueblo, este hombre estaba acostado en el camino, a causa de la bebida y el agotamiento.
Cuando el carruaje del Rebe pasó delante de él, el Rebe comentó, “¡Ajá, el judío adinerado de Liozna está roncando!” Todos pensaron que el Rebe estaba hablando en broma… Después, el Rebe pidió ver a ese hombre privadamente. El Rebe le preguntó cómo se ganaba la vida. El hombre respondió que vendía trapos en las calles El Rebe contestó; “Escucha, toma un préstamo de mí y en lugar de comprar las mercancías del vendedor ambulante, ve directamente a la ciudad más cercana y compra mercadería. Cuando hayas vendido todo, regresa a mí”. El Rebe le dio unos rublos y el Jasid hizo como se le dijo. Después de unas semanas regresó a la habitación del Rebe para pagarle su préstamo. “No todavía” dijo el Rebe. “Ahora, en lugar de comprar en la ciudad de Vitebsk, ve a Moscú y compra de los proveedores originales. Y entonces, vende tu mercadería en Vitebsk y Liozna, dónde antes comprabas” En un corto período, era el propietario de una de las más grandes tiendas de Liozna. Un tiempo después, el Rebe le dijo: “Es tiempo de expandir tus negocios.
En lugar de comprar en Moscú ve a comprar de las fábricas en Alemania y Francia. En lugar de vender en Vitebsk y Liozna, vende tu mercadería en Moscú” El Jasid apuntó e hizo todo lo que el Rebe le indicó. El hombre tuvo éxito, y antes de sus viajes al exterior, visitaba al Alter Rebe para obtener su guía y bendición. Cierta vez, mientras se encontraba en la ciudad de Koenigsberg, el jasid compró un regalo para el Alter Rebe: una hermosa caja de tabaco de oro. “Es un lindo regalo” dijo el Rebe “De todas formas esperaba algo mejor…” En su próximo viaje, el jasid compró un presente más caro. Cuando se lo entregó al Alter Rebe, éste no se mostró satisfecho. El jasid, preguntó: “¿Cómo puedo satisfacer al Rebe?”
Rabí Shneur Zalman respondió: “Cuando visites la ciudad nuevamente, ve al teatro” El jasid no tenía idea de lo que era un teatro. Nunca había visitado uno. Al llegar a la ciudad pidió al conserje del hotel que le consiguiera entradas. Fue un agotador día de trabajo, y se encontraba exhausto.
Cuando se apagaron las luces, quedó profundamente dormido. Al concluir el show, el portero lo despertó: “Señor, ya es momento de salir”. Al notar que era un jasid, el portero le preguntó: “¿De dónde es usted?”
“De Liozna” respondió el jasid.
“¿Conoces a Rabí Zalman?” inquirió el encargado.
“Claro, soy uno de sus Jasidim”
“Bueno, cuando veas a tu Rebe, envíale saludos de Karl, el portero del teatro”
Cuando el jasid regresó de su viaje, fue inmediatamente a lo del Rebe y le entregó el mensaje. “¡Ese era el regalo que quería!” dijo el Rebe.
“Antes de tu próximo viaje, pasa por aquí” El jasid cumplió con el pedido del Rebe y acudió a su estudio antes de partir.
El Rebe le entregó un paquete pequeño y dijo:“Entrega esto a Karl cuando arribes a Koeningsberg. Y asegúrate de traérmelo de vuelta” El jasid siguió las instrucciones del Alter Rebe. Se dirigió directamente al teatro y entregó el paquete a Karl. Éste leyó ávidamente el contenido. Cuando concluyó, el jasid le solicitó que le retornara las hojas. “¿Debo hacerlo?” preguntó Karl, mirando nuevamente el contenido del paquete. En ese momento el jasid notó que se trataba de los manuscritos del Alter Rebe, del Tania. Karl, moviendo las hojas, exclamó: “¡Ruaj Hakodesh! (Inspiración Divina) ¡Puro Ruaj Hakodesh! Dile al Rebe que está muy bien”. Al relatar este extraño episodio, el famoso mentor Reb Shmuel Groinem, sugirió que Karl era uno de los 36 Tzadikim ocultos que sostienen al mundo, y el Alter Rebe deseaba obtener su aprobación para la impresión del Tania.