La Desaparición del Manantial de Miriam
En el diez del mes de Nisan del cuadragésimo año en el desierto, ocurrió una tragedia nacional.
Cuando los judíos arribaron al desierto de Tzin, la hermana de Moshé, Miriam falleció. Ella tenía ciento veinticinco años de edad.
Miriam había enseñado y guiado a las mujeres, al igual que Moshé y Aarón habían enseñado a los hombres. Ella fue una de las siete profetisas conocidas.
Miriam falleció sin dolor. La Shejiná (Divinidad) se le reveló, de ese modo atrayendo a su alma gozosamente de regreso a su fuente (mitat neshiká).
La narración de la muerte de Miriam sigue a las leyes de la para adumá (a pesar de que su fallecimiento ocurrió en el cuadragésimo año en el desierto, mientras la para adumá fue quemada en el segundo año). La Tora yuxtapuso estos dos eventos para enseñar que la muerte de un tzadik logra expiación para Kelal Israel, así como lo hacen las aguas de la para adumá.
Tan pronto como Miriam falleció, Hashem provocó que el Manantial de Miriam desapareciera temporariamente, para que : Benei Israel se dieran cuenta que su manantial de agua había sido dado en el mérito de Miriam. Así apreciando su grandeza, ellos harían duelo por esta tzadeket en una manera apropiada.
Miriam sobresalió por su bondad. Desde su juventud se dedicó al bienestar de su pueblo. Aún como una niña pequeña, asistió a su madre como partera y llevó comida a los pobres.
A causa de su atributo de jesed (bondad), Hashem proveyó a los judíos de agua, una necesidad vital. ¿Cómo recibían Benei Israel agua del Manantial de Miriam ?
Esta milagrosa roca dadora de agua estaba siempre presente en el desierto con Benei Israel. Cuando el pueblo acampaba, descansaba en un lugar alto opuesto a la entrada del Ohel Moed. Cada uno de los doce nesiím (líderes) la abordaba con su bastón y trazaba una línea desde el manantial hacia su Tribu. Agua fluía a lo largo de las doce líneas a todas las Tribus, formando ríos entre una Tribu y otra. Cada río era tan vasto que una mujer que deseaba visitar a una amiga de una Tribu diferente necesitaba un bote, si ella no quería mojar sus pies.
El agua también circundaba mucho el Campamento. Dondequiera que los judíos acampaban, pasto, árboles, vides, higos, y granadas brotaban a su orilla. Las vides producían siete diferentes sabores de uvas. Benei Israel saboreaban en el agua y plantas producidas por el Manantial de Miriam la bondad de Olam Haba (mundo por venir). Ellos por lo tanto cantaron más tarde shirá acerca de este maravilloso Manantial.
Después de la muerte de Miriam, el Manantial súbitamente desapareció.
Sin agua potable para sus esposas e hijos, Benei Israel se encontraron en gran aflicción.
Moshé y Aarón, quienes estaban sentados y se dolían por su hermana, vieron tropeles de gente acercándose a su tienda.
“¿Qué reunión es ésta?” inquirió Moshé de Aarón.
Replicó Aarón, “¿No son los judíos descendientes de Abraham, Itzjak, y íaacov, quienes realizan bondad como sus antepasados? Ellos vienen ciertamente para consolarnos.” “Aarón,” lo censuró Moshé, “¿no puedes distinguir entre una reunión para un noble y una para un innoble fin? Si ellos si hubieran aproximado de una manera ordenada – con los Ancianos al frente, seguidos por los oficiales sobre los miles, sobre los cientos, así sucesivamente – tú podrías tener razón. ¡Pero mira a esta multitud tumultuosa!”
Las palabras de Moshé instantáneamente demostraron ser ciertas. La desorganizada y excitada reunión que entraba en tropel dentro de la tienda comenzó a quejarse amargamente acerca de la falta de agua.
“¿Por qué deberíamos nosotros sufrir tanto?” inquirieron ellos. “Tú, Moshé, solías afirmar que nosotros somos castigados porque hay pecadores entre nosotros, que causan a la Shejiná partir. ! Ahora, sin embargo, los hombres de la generación del desierto han fallecido y aquellos de nosotros que permanecimos vivos somos dignos de entrar a Eretz Israel. ¿Por qué deberíamos nosotros, nuestros hijos, y nuestro ganado perecer de sed?”
“Las inacabables pruebas son demasiado para nosotros de soportar. ¿Por qué no rezaste que Hashem nos llevara directamente a Eretz Israel antes de conducirnos de un lado al otro en el desierto por cuarenta años?
“Nosotros hubiéramos preferido ser consumidos junto con la congregación de Koraj o en la subsecuente plaga antes que morir ahora de sed”.
“Tú te estás doliendo por una persona. En cambio, deberías estar de duelo por todos nosotros, porque no tenemos agua.”
A pesar de que los judíos, en su agitación, estaban listos para lapidar a Moshé y Aarón Hashem no consideró sus quejas contra ellos. Ellos las pronunciaron por dolor a causa de la sed, y Hashem no considera a alguien culpable por sus afirmaciones mientras está en dolor.
Moshé y Aarón escaparon de la enfurecida multitud hasta la entrada del Ohel Moed y se echaron sobre sus rostros en plegaria.
La Nube de Gloria apareció, y Hashem censuró a Moshé, “Mis hijos están sufriendo de sed, mientras tú estás ocupado en duelo. Encuentra la roca que fue el Manantial de Miriam, ordénale emitir agua, e invita a la congregación y sus bestias a beber.”
Extraido de “El midrash dice” de editorial Bnei Sholem