Jaie Sara – “Vida después de la vida”
Nuestra Parshá, en su totalidad, trata sobre sucesos ocurridos posteriormente al fallecimiento de Sara, la matriarca: la adquisición de la Cueva de Majpelá, con el fin de sepultarla allí; el casamiento de Itzjak con Rivka, a través del cual él se consuela por la muerte de su madre; y finalmente se relata sobre el casamiento de Ketura (que era Hagar, la otra esposa de Abraham) y sobre la descendencia de Ishamel. Esto genera gran asombro sobre lo apropiado del nombre de la Parshá- la vida de Sará, que representa todo lo opuesto a lo que la misma relata. Es sabido1, que el nombre de una parshá de la Torá es absolutamente exacto, por ende debemos decir que sí existe una profunda relación entre lo relatado en la parshá y el verdadero sentido de “la vida de Sará”.
EL TIPO DE VIDA
La verdadera vida es eterna. No concluye en el instante de la muerte, sino que continúa y encuentra expresión en la descendencia del fallecido, y en los sucesos que tienen lugar posteriormente en este mundo. Desde esta perspectiva, son justamente los acontecimientos acaecidos postmuerte los que dan testimonio del nivel y calidad de la vida de la persona fallecida, puesto que es ahí donde se comprueba la verdadera esencia de esa vida, si realmente era eterna, vida en su sentido mas cabal. Nuestros Sabios z”l declararon2: “Iaakov el Patriarca no murió”, y explican- “así como su cimiente está con vida, también él está con vida”. Es decir, cuando la descendencia continúa con su camino, sabemos que “también el está con vida”. Así también, es justamente en nuestra Parshá, que relata los sucesos que tuvieron lugar luego del fallecimiento de Sará, la que nos permite apreciar la eternidad de su vida. Vemos a Rivka como continuadora del camino de Sará (en el lenguaje de la Escritura3: “y la trajo Itzjak a la carpa (de) Sará su madre”, sobre lo que Rashi4 comenta “y ella fue cual Sará su madre”) y generadora nuevamente de los tres milagros5 que tenían lugar durante su vida. Más aun: todos los sucesos de la parshá dan cuenta de que la línea de pensamiento de Sará es la que se impuso.
SARÁ Y ABRAHAM
Aquí es necesario distinguir entre Sará y Abraham: Sará fue la madre de Itzjak específicamente. Desde que él nació Sara aspiraba a que el flujo Divino se dirija sólo hacia él, siendo Itzjak el símbolo de la santidad. En contraposición a ello, Abraham fue también el padre de otros pueblos (Ishmael y los hijos de Ketura), y brindó de sí a todos sus hijos. Sará quiso6 echar al “hijo de la sierva”; pero Abraham sufrió su expulsión y rezó también por Ishmael. Lo ocurrido en nuestra parshá brinda testimonio sobre lo correcto del camino de Sará concretamente. La parshá abre con el relato de la Cueva de Majpelá. Inicialamente la Cueva era el lugar de sepultura de Adam y Java, padres de toda la especie humana. Vemos que aquí Abraham adquiere la Cueva para sepultar a Sará, y efectivamente ahí fueron sepultados sólo los Patriarcas y las Matriarcas del pueblo de Israel, tal como fue el deseo de Sará, que pretendía que la Divinidad se direccione sólo hacia Itzjak.
LA CONTINUIDAD- EL PUEBLO DE ISRAEL
A eso se agrega el segundo episodio, la misión de Eliézer: Sobre Eliézer, el fiel alumno de Abraham, está escrito que él “extraía y daba para beber a otros de las enseñanzas de su maestro”7. Fue también merecedor de muchos milagros. Con todo ello, sin embargo, cuando quiso que Itzjak se case con su hija, no fue res-pondido favorablemente y Abraham le contesto8: “Mi hijo es bendito, y tu eres maldito, y un maldito no se apega a un bendito”. También el final de la parshá es prueba de ello. La Torá dice9: “Y Abraham entregó todo lo suyo a Itzjak”, mientras que a los hijos de las concubinas les dio regalos “y los mandó de Itzjak su hijo”. Con esto nos prueba la parshá en su totalidad lo correcto que era el camino de Sará, que vio la continuidad específicamente a través de Itzjak su hijo, y solicitó traspasarle el flujo Divino. Es por ello que la parshá se llama “La vida de Sará”, puesto que precisamente en ella descubrimos la condición eterna de su vida, y la rectitud de su camino.
(Likutei Sijot Tomo 15, pág. 145)
NOTAS: 1.Ver Likutei Sijot Tomo 5 pág. 57 en adelante, y otros 2.Taanit 5, b 3.Nuestra parshá 24:67 4.Bereshit Rabá parshá 60:15 5.allí “una nube estaba atada sobre la puerta de su carpa”, “la bendición se hallaba en la masa”, “una vela estaba encendida desde la vispera del Shabat hasta la vispera del Shabat” 6.Bereshit 21:11 7.Iomá 28,b explicación de Rashi Lej 15:2 8.De la explicación de Rashi, nuestra parshá 24:39. De Bereshit Rabá parsha 59:9 9.Nuestra parshá 25: 5-6. Y ver Kli Iakar allí: “que así deseó Sara, etc”.