¿Por qué fue cambiado el nombre Iaakov?
¿Por qué fue cambiado el nombre Iaakov?
La parashá nos relata de qué forma fue cambiado el nombre de Iaakov a Israel.. La bendición que el ángel le dio a Iaakov consistió en lo siguiente: “ Ya no se dirá que tu nombre es Iaakov, sino Israel, pues has luchado con Di-s y con hombres, y has vencido”.
Ambos nombres, Iaakov e Israel, también lo son del pueblo judío. A veces es llamado Iaacov y otras Israel.
HIJO Y SIERVO
Está explicado en el libro Likutei Torá que estos dos nombres simbolizan dos niveles dentro del Pueblo de Israel. Hay momentos en los que somos descriptos como “ siervos de Hashem” y en otros como “ hijos”. En la situación de “siervo” el judío es llamado Iaakov, como dice el profeta: “ Y ahora oye Iaakov mi siervo”. Y cuando el iehudi se eleva a la categoría de “hijo” es llamado Israel, como versa: “ Mi hijo primogénito Israel”.
La diferencia entre “hijo” y “siervo” es evidente. Cuando el hijo lleva a cabo la voluntad de su padre, lo hace con alegría, amor y satisfacción. Diferente es el esclavo, ya que no siempre desea cumplir las órdenes de su amo y a veces las realiza simplemente por obligación y por no tener alternativa.
ALEGRÍA Y SATISFACCIÓN
Ambas condiciones existen en la relación del judío con Di-s. El iehudí puede estudiar Torá, rezar y cumplir mitzvot sirviendo a Hashem con alegría y placer, tal como un hijo; o puede servir a Di-s por obligación, como un siervo.
La ventaja del nivel llamado Israel es que se corre con agrado a servir a Di-s y no hay enfrentamiento alguno con el instinto que le impida hacerlo.
Pero cuando se encuentra en el nivel de Iaakov, no siente el fervor por cumplir los Mandatos Divinos y debe luchar contra su instinto para vencerlo. Se sirve al Creador desde un plano de Kabalat Ol, la aceptación del yugo Divino, y al faltar el goce interior se deben vencer los obstáculos.
NO DESANIMARSE
Se entiende que debemos tender a alcanzar el nivel de “Israel”. Pero es imposible lograrlo sin llegar primero al de “Iaakov”. En otras palabras: Cuando el judío se queja de lo difícil que le es servir a Di-s, y que no siempre siente entusiasmo y ganas de cumplir la Torá y sus Mitzvot, haciéndolo solo porque sabe que es su obligación como judío, debe saber que esto es absolutamente normal. Es imposible eliminar la inclinación del instinto hacia el mal de una sola vez, y lograr que de inmediato que su deseo interior y el placer natural sea aquello que es la voluntad de Di-s. Esto requiere trabajo, auto-elaboración y crecimiento espiritual sostenido.
Al principio el ietzer hará( instinto) se opone, lucha y trata de interferir en nuestra tarea. Pero si lo enfrentamos con firmeza y sin desanimarnos lograremos vencerlo-Iaakob- y alcanzar un nivel en el que la vida de acuerdo a la Torá y las Mitzvot sea placentera y con alegría –Israel-. Esta es la razón por la cual aunque le fue otorgado el nombre de Israel la Torá sigue llamándolo también Iaakov, (a diferencia de Abraham que antes se llamaba Abraham y dicho nombre quedó totalmente revocado), ya que aunque el nivel de Israel es superior, la condición de Iaakov sigue vigente en el pueblo judío como paso previo necesario a ser transitado por cada uno antes de llegar a ser “Israel”.
HIJO Y SIERVO
Está explicado en el libro Likutei Torá que estos dos nombres simbolizan dos niveles dentro del Pueblo de Israel. Hay momentos en los que somos descriptos como “ siervos de Hashem” y en otros como “ hijos”. En la situación de “siervo” el judío es llamado Iaakov, como dice el profeta: “ Y ahora oye Iaakov mi siervo”. Y cuando el iehudi se eleva a la categoría de “hijo” es llamado Israel, como versa: “ Mi hijo primogénito Israel”.
La diferencia entre “hijo” y “siervo” es evidente. Cuando el hijo lleva a cabo la voluntad de su padre, lo hace con alegría, amor y satisfacción. Diferente es el esclavo, ya que no siempre desea cumplir las órdenes de su amo y a veces las realiza simplemente por obligación y por no tener alternativa.
ALEGRÍA Y SATISFACCIÓN
Ambas condiciones existen en la relación del judío con Di-s. El iehudí puede estudiar Torá, rezar y cumplir mitzvot sirviendo a Hashem con alegría y placer, tal como un hijo; o puede servir a Di-s por obligación, como un siervo.
La ventaja del nivel llamado Israel es que se corre con agrado a servir a Di-s y no hay enfrentamiento alguno con el instinto que le impida hacerlo.
Pero cuando se encuentra en el nivel de Iaakov, no siente el fervor por cumplir los Mandatos Divinos y debe luchar contra su instinto para vencerlo. Se sirve al Creador desde un plano de Kabalat Ol, la aceptación del yugo Divino, y al faltar el goce interior se deben vencer los obstáculos.
NO DESANIMARSE
Se entiende que debemos tender a alcanzar el nivel de “Israel”. Pero es imposible lograrlo sin llegar primero al de “Iaakov”. En otras palabras: Cuando el judío se queja de lo difícil que le es servir a Di-s, y que no siempre siente entusiasmo y ganas de cumplir la Torá y sus Mitzvot, haciéndolo solo porque sabe que es su obligación como judío, debe saber que esto es absolutamente normal. Es imposible eliminar la inclinación del instinto hacia el mal de una sola vez, y lograr que de inmediato que su deseo interior y el placer natural sea aquello que es la voluntad de Di-s. Esto requiere trabajo, auto-elaboración y crecimiento espiritual sostenido.
Al principio el ietzer hará( instinto) se opone, lucha y trata de interferir en nuestra tarea. Pero si lo enfrentamos con firmeza y sin desanimarnos lograremos vencerlo-Iaakob- y alcanzar un nivel en el que la vida de acuerdo a la Torá y las Mitzvot sea placentera y con alegría –Israel-. Esta es la razón por la cual aunque le fue otorgado el nombre de Israel la Torá sigue llamándolo también Iaakov, (a diferencia de Abraham que antes se llamaba Abraham y dicho nombre quedó totalmente revocado), ya que aunque el nivel de Israel es superior, la condición de Iaakov sigue vigente en el pueblo judío como paso previo necesario a ser transitado por cada uno antes de llegar a ser “Israel”.