Parasha Behar-Bejukotai
LA BENDICIóN DE UN SOLDADO
Era un caluroso dia primaveral de 1995. Yo estaba en Israel visitando a mi padre que tenma 90 aqos en ese momento y no se sintma muy bien. Estaba tremendamente enfermo.
Se habma mudado a Kfar Jabad desde hacma ya varios aqos. Ahora, tenma que atra-vesar una operacisn para la que no era un buen candidato. Sin embargo, los midicos opinaban que era lo znico que podrma salvarle su vida. Asm que proseguimos con ese plan.
Yo estaba a su lado en el cuarto preparatorio en el hospital, diciendo Tehilim (Salmos) y Vidui (Plegarias de confesisn finales). En el cuarto reinaba el silencio. Sslo estabamos nosotros dos.
De repente – y esto sslo podrma pasar en Israel- alguien abris abruptamente la puerta y asoms su cabeza. Era un soldado, con su uniforme lleno de medallas, en sus cincuenta y pico. Era un funcionario de altmsimo rango -coronel o general, pienso- de la Fuerza Airea.
«?Qui esta buscando?» Le pregunti.
«Estoy buscando a mi amigo». O algo asm.
«?Usted le darma una braja (bendicisn) a mi padre?»
Il se ris.
«Me gustarma que usted le diera una bendicisn a mi padre
Parecma muy confundido.
«Usted esta en la Fuerza Airea, ?verdad? Esta dispuesto, veinticuatro horas por dma, a dar su vida para defender a sus prsjimos judmos en este pams…»
«!Claro!»
«Entonces, por favor, bendiga a mi padre. Usted tiene un poder especial. El Rebe de Lubavitch aprecia muchmsimo a los soldados del Ejircito de Israel. Il ha dicho que ustedes tienen un poder especial para bendecir a los judmos debido a su mesirut nefesh (auto-sacrificio) para defender a los habitantes de Israel
Asm que il sacs su boina de su solapa del hombro y la puso en su cabeza.
Le hice repetir la Bendicisn Sacerdotal despuis de mm, palabra por palabra: Di-s te bendiga y te cuide. Haga Di-s resplandecer Su rostro sobre ti y te muestre gracia. Vuelva Di-s Su rostro hacia ti y te conceda paz
El hombre estaba llorando.
Le pregunti entonces: ?Ha tenido la oportunidad de colocarse los tefilmn hoy?
No.
Asm que lo ayudi a colocar los tefilmn.
Llevo un par de tefilmn conmigo dondequiera que voy. He adoptado el lema de la tarjeta de cridito American Express: «!no salga de su casa sin ella! Nunca se sabe con quiin podrma encontrarme-y el poder que un judmo y una mitzva pueden liberar. Les pregunto: ?qui remota posibilidad existe de colocar tefilmn a un judmo en el cuarto donde se realiza la anestesia antes de una ope-racisn, en una punta distante de un hospital israelm?
Mi padre entrs brevemente en la sala de operaciones. Fallecis despuis de la operacisn, sin haber recobrado nunca la conciencia. Pero la zltima visisn que tuvo mi estimado padre antes de partir de este mundo fue la de su hijo colocando tefilmn con un alto oficial de la Fuerza Airea Israelm, smmbolo del podermo fmsico de Israel. Pero por sobre todo, un hermano judmo. Imaginen el najas (satisfaccisn).
Mi padre no pudo sobrevivir. Pero una cosa es cierta: La bendicisn del oficial del ejircito y la mitzva de tefilmn tenman una inmensa fuerza. Estoy seguro que estas ayudaron a alguien, en alguna parte de Israel, sin mencionar el poderoso refuerzo espiritual que recibis el propio oficial.
(El Rabino Feller esta entre los primeros shlujim (emisarios) del Lubavitcher Rebe; esparciendo judamsmo en su Minnesota natal desde los tempranos 60)
* Por Moshe Feller, como le fue contado a Mendy Hecht
?Qui Aprendemos esta Semana de la Parsha?
«LA PROFESMA SOBRE EL EXILIO Y DE LA REDENCISN»
Y recordari Mi pacto con Iaakov (Vaikra 26,42)
En la Parsha de la amonestacisn (tojaja) el Altmsimo describe los sufrimientos que alcanzaran al pueblo de Israel si se desviara del camino de la Tora. Al final, el texto relata la profecma Divina del retorno del pueblo judmo al camino de la Tora, y que inmediatamente despuis llegara la redencisn.
Sin embargo, la secuencia de los versmculos plantea un interrogante. Primero dice1: Y habran de confesar sus pecados, y los pecados de sus padres. A simple vista se trata de un despertar en arrepentimiento, luego de lo cual debe llegar la redencisn. Sin embargo, acto seguido, el texto dice: 2 Y los traeri a la tierra de sus enemigos, y entonces es que se doblegara su corazsn taponado, y entonces habra de expiar sus pecados. Solo a continuacisn dice:3 Y recordari Mi pacto con Iaakov. La mencisn del mirito de los Patriarcas es lo que en la practica traera la redencisn.
CONFESION EXTERNA
De aqum deducimos que la confesisn de los judmos por sus transgresiones al final del exilio no sera suficiente para traer la redencisn. Esta llegara sslo luego de que: Se doblegara su corazsn taponado por medio de que el Altmsimo los traiga a la tierra de sus enemigos. E incluso con ello no sera suficiente para traer la redencisn, y ella llegara sslo en mirito a los Patriarcas Abraham, Itzjak y Iaakov.
El hecho de que el pueblo de Israel confiese sus pecados no necesariamente es testimonio de un arrepentimiento verdadero, que implica un cambio interior del corazsn de la persona. El pueblo fue vmctima de mzltiples sufrimientos, y como consecuencia de la presisn de las calamidades el pueblo judmo clama por su amargo destino y habla de las transgresiones que causaron al exilio y su angustia, sin embargo azn no hay aqum una transformacisn interior y una firme decisisn de abandonar la conducta pecaminosa y apegarse al Altmsimo.
EXPIACISN DE LOS PECADOS
Es por ello que esta confesisn no gene-ra siquiera que los pecados sean borrados, puesto que no hay aqum un arrepentimiento real. La expiacisn vendra por medio de que Y los traeri a la tierra de sus enemigos, cosa que causara que entonces es que se doblegara su corazsn taponado. El quiebre del corazsn y los sufrimientos llevaran a que expmen sus pecados.
Sin embargo, la sola expiacisn de los pecados no es suficiente para traer la redencisn. Para que llegue la redencisn es menester que tenga lugar una transformacisn interior del corazsn del pueblo. Exilio y redencisn son dos estados opuestos. El Exilio es una expresisn del ocultamiento del Rostro (Divino), mientras que la redencisn es el reflejo de Me dirigiri (con Mi Rostro) hacia ustedes4 la revelacisn y brillo del Rostro Divino. Para ello se requiere la misma actitud por parte del pueblo judmo: dirigir la cara hacia Di-s. Y esto no ocurris azn. Por ello, el Altmsimo traera la redencisn, no en mirito del pueblo judmo, sino por el mirito de los Patriarcas.
COMIENZO DEL PROCESO
Sin embargo, la confesisn externa ya causa que el Altmsimo se conduzca con los judmos con Su Misericordia. Como Rashi explica5 sobre el versmculo: Y los traeri a la tierra de sus enemigos – ista es una buena actitud hacia Israel Yo no los dejo, sino que les envmo Mis profetas y ellos los hacen retornar bajo Mis alas.
El hecho en sm de que la persona confiesa sus pecados con su boca, aunque todavma no decidis en su corazsn retornar con Teshuva, ya tiene un efecto positivo6, la propia palabra despierta al corazsn. Y a su vez, cuando alguien dice algo correcto con lo cual azn no esta totalmente identificado, ya siente verg|enza, y eso mismo ya es positivo.
Por ello tambiin el Se confesaran sus pecados es importante, y es ahm donde comienza el proceso que finalmente traera la verdadera y completa redencisn.
(Likutei Sijot tomo 27, pag. 207)
NOTAS:1.Vaikra 26:40 2.Ahi 41 3.Ahm 42 4.Ahm 9 5.De Torat Kohanim 6.Ver Minjat Jinuj Mitzva 364. Rambam Hiljot Taaniot Cap 5