Cinco calamidades en un mismo día
Hay días en los que todo el pueblo de Israel ayuna como consecuencia de las tragedias ocurridas en ellos…
La Mishná (Taanit 4:3) señala: Cinco acontecimientos trágicos ocurrieron el día 17 de Tamuz:
1) Fueron rotas las primeras Tablas cuando Moshé descendió del monte [Sinaí] y vio el Becerro de Oro junto con los ritos que lo acompañaban.
2) Se suspendió la ofrenda del sacrificio diario en el primer Beit HaMikdash [pues los kohaním no hallaron corderos para ofrecer en sacrificio].
3) Se abrió una brecha en la [muralla de la] ciudad en la época del segundo Beit HaMikdash.
4) [En el tiempo del segundo Gran Templo] Apostomus, el malvado, quemó la Torá.
5) Se colocó un ídolo dentro del Santuario.
A continuación encontrarás el detalle de algunos de estos acontecimientos:
APOSTOMUS QUEMÓ LA TORÁ
Este suceso se menciona en la Mishná (Taanit 4:5) pero casi no se dan detalles de él en las fuentes primarias. El Talmud Ierushalmí (ibíd.) solamente señala un detalle: “¿Dónde quemó Apostomus la Torá? Rabí Ajá dijo: En el cruce de Lod; los Sabios dijeron: En el cruce de Tarlusa”.
Comentaristas posteriores conjeturan que ello ocurrió durante el período del procurador romano Comanus, unos 16 años antes de la gran revuelta contra el gobierno romano. En esa época las fuerzas militares de Roma participaron en una dura provocación contra los judíos y todo lo que ellos consideraban santo, causando disturbios de gran consideración. Respecto de este período, el eminente historiador Flavio Josefo escribe:
Luego de esta tragedia [en la cual 10.000 hombres fueron asesinados en el Monte del Templo durante un disturbio provocado por los romanos], un nuevo motín comenzó a causa de un robo. En la calle real, cerca de Beit Jorón, una banda de ladrones asaltaron el cortejo de Stefanus, un funcionario real, y lo saquearon por completo. De inmediato, Comanus envió su ejército a las localidades cercanas a aquel lugar y ordenó a los soldados arrestar a todos sus habitantes y traerlos ante él. Los consideró culpables del hecho y los condenó por no haber perseguido a los ladrones para intentar apresarlos. Uno de los soldados arrebató un Rollo de la Torá de uno de los pueblos, lo rompió y le prendió fuego…
En todas partes los judíos fueron presa del terror; parecía como si toda la tierra a su alrededor hubiera estallado en llamas. Al escuchar los primeros informes sobre este terrible hecho, los judíos se unieron en su espíritu de gran fervor por aquello que les era tan sagrado y, como flechas disparadas por un arco, corrieron hacia Cesarea para solicitar a Comanus que no exima de castigo al hombre que blasfemó a Di-s y su Torá. El procurador comprendió que el pueblo no sería apaciguado fácilmente. Entonces ordenó que el soldado culpable fuera traído a su presencia y colgado en la horca frente a sus acusadores judíos. Luego de esto, los judíos regresaron a sus ciudades.
Beit Jorón se encuentra en el trayecto que conduce de Lod a Jerusalén. Ello se corresponde con el relato del Talmud Ierushalmí que señala que este incidente de Apostomus tuvo lugar en el cruce de Lod. Si estos dos relatos se refieren al mismo incidente, parecería que hubiera sucedido algunos años antes de la destrucción del segundo Beit HaMikdash, y que los nombres de Stefanus y Apostomus fueron intercambiados, lo cual es algo común.
Otros eruditos sostienen que este incidente [relatado en nombre de Apostomus] ocurrió durante la conquista de los griegos, bajo Antiojus (Antíoco) Epifanes.
La Mishná (Taanit 4:5) registra que un ídolo fue colocado dentro del Santuario el 17 de Tamuz. Muchos sostienen que ello también fue llevado a cabo por Apostomus.
UNA BRECHA EN LAS MURALLAS
El 17 de Tamuz, durante el período del segundo Beit HaMikdash, Tito y sus legiones romanas irrumpieron en la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, con respecto a la destrucción del primer Beit HaMikdash, durante el reinado judío de Tzidkiahu, el versículo (Jeremías 52:6) expresa: En el cuarto mes, en el noveno día del mes, el hambre era aguda en la ciudad y no había pan para el pueblo. Se abrió una brecha en la ciudad y todos los hombres de guerra huyeron y abandonaron la ciudad de noche…
El Talmud Ierushalmí (ibíd.) señala que durante el período del primer Beit HaMikdash también se abrió una brecha en las murallas de la ciudad el 17 de Tamuz. Sin embargo, como consecuencia de las grandes tragedias acaecidas entonces erraron en el cómputo de los días y pensaron —equivocadamente— que la brecha se abrió el día 9.
Pese a que Di-s y Su Profeta (en este caso, Jeremías —Irmiahu—) sabían que ello ocurrió realmente el día 17 [de Tamuz], no obstante, el versículo menciona que fue en el noveno día del mes, tal como creyó el pueblo, indicando de esta forma que Di-s estaba junto a ellos en su profundo dolor y angustia hasta el punto de que incluso Sus propios cálculos se habían vuelto “confusos”, por así decirlo, ¡una idea que la boca es incapaz de proferir, y el oído de escuchar! En el Talmud Ierushalmí (Taanit 4:5) leemos:
¿Con qué puede compararse ello? Con un rey que estaba sentado haciendo sus cálculos cuando su séquito entró y le dijo: “¡Vuestro hijo ha sido secuestrado!” Como consecuencia de ello, sus cálculos se hicieron confusos. El rey dijo de inmediato: “Que esta fecha sea entonces el comienzo de los cálculos”.
Tosafot (a Rosh HaShaná 12b) explica: “A causa de su angustia el pueblo erró en sus cálculos [en relación con el momento en que se abrió la brecha], y las Escrituras no quisieron modificar este pensar suyo”.
El relato completo lo puedes encontrar en “Nosotros en el tiempo” Editorial Lubavitch Sudamericana.