Tzvi Freeman
» Israel acampó allí junto al monte». Éxodo 19:2 .
«Acamparon como una sola persona con un solo corazón». Rashi ad loc.
Los judíos son un pueblo diverso, de muchas mentes y opiniones, aficionado a las disputas por el bien del cielo. Es una estrategia que les ha funcionado bien, fomentando la sabiduría y la resiliencia a lo largo de su larga historia.
A veces, la celestialidad puede dejar vacante la discusión. La disputa tiende entonces a estallar en ira y rabia, desgarrando al pueblo en facciones obstinadas y debilitando la integridad del conjunto.
Es entonces cuando su enemigo puede aprovechar esta ruptura con un ataque feroz.
En respuesta a la crisis, el pueblo vuelve a ser uno. La ruptura se cura y el enemigo es rápidamente vencido.
Uno puede imaginar que este fenómeno de unidad bajo presión es una quimera, un mero artefacto impuesto por circunstancias externas.
No es así, dice Rashi , el sabio maestro que enseña Torá a todo judío, ocultando preciosas joyas de sabiduría bajo el manto de su sencillo comentario.
Cuando el Faraón y todo su ejército persiguieron a los judíos que estaban atrapados en el Mar de Juncos, la Torá sólo escribe que “el Faraón se acercó”. Rashi explica que los egipcios vinieron con un solo corazón, como si fueran una sola persona.
Nótese el matiz: primero el corazón, luego la persona. Significado: Sus corazones estaban impulsados por la misma codicia, por lo que actuaron como una sola persona.
Cuando la nación judía acampó ante el monte Sinaí, la Torá se refiere a toda la nación en singular, a diferencia de todos los demás campamentos. Rashi explica que acamparon allí como una sola persona, con un solo corazón.
Primero la persona, luego el corazón.
El pueblo judío es verdaderamente un ser único. Esa unidad integral puede surgir a través de muchos medios, siendo una circunstancia desafortunada uno de ellos.
Pero si queremos que esa unidad y armonía de una multitud de partes dure, sólo hay una manera.
Cuando nuestros corazones están abiertos para recibir la Torá de Di- s de dondequiera que venga, con humildad y alegría, sólo entonces seremos un pueblo sano y completo.