Costumbres de Simjat Torá
Luego de Maariv se extraen del Arca todos los Rollos de la Torá y se dan con ellos siete vueltas en torno de la bimá…
La congregación baila frente a la Torá con una alegría inmensa, orando para que Di-s recuerde el mérito de los “siete pastores fieles”, los ushpizín, y para que las súplicas del pueblo atraviesen los siete cielos y asciendan ante el Trono de Gloria. En la mañana, después de Shajarit se sigue la misma costumbre. En varias comunidades sefardíes también se sigue esta práctica en Minjá y Maariv hacia el final del día.
~ Algunos tienen la tradición de colocar una vela encendida —simbolizando la luz de la Torá— dentro del Arca, luego de haber sacado los Rollos de la Torá, para que no quede desprovista de luz.
~ Muchas comunidades acostumbran leer la Torá en la noche de Simjat Torá; éste es el único momento del año en que se lee de la Torá de noche. Respecto a la porción que se debe leer existen diversas prácticas.
~ En la mañana de Simjat Torá, a continuación de Shajarit se lee la última sección de la Torá: Vezot HaBerajá (Deuteronomio 33:1-34:12). Es costumbre que todos los hombres de la congregación sean llamados a recitar la bendición sobre la Torá en este día. Por lo tanto, parte de esta porción se repite varias veces. En algunas comunidades, para evitarla repetición, se lee la Torá en diferentes grupos que se reúnen en recintos separados del edificio sinagoga. La lectura concluye al llamar a tres personas para las aliot exclusivas de este día.
~ Es costumbre llamar a un adulto en representación de todos los niños para leer la anteúltima sección de la sidrá. Esta aliá recibe el nombre de kol hanearím. Todos los niños se paran a su lado y repiten las beralot de la Torá junto con él. Al finalizar, los adultos recitan la plegaria de HaMalaj HaGoél (Génesis 48:16): “Que el ángel que me ha librado de todo mal bendiga a los jóvenes, y que mi nombre y el nombre de mis padres, Avraham e Itzjak, sea proclamado sobre ellos y que ellos se incrementen en abundancia como peces en medio de la tierra”.
~ Para la lectura de la última sección de toda la Torá se llama al Rabino o a la persona más distinguida de la congregación, quien recibe el nombre de Jatán Torá [el “novio de la Torá”]. Al terminar de leer las últimas palabras, todos los presentes exclaman en voz alta:
Jazák, Jazák, venitjazék — “¡Sé fuerte, sé fuerte, y fortalezcámonos unos a otros!”(Sidur, pág. 333) [la frase tradicional que se dice al finalizar la lectura de cada uno de los Cinco Libros de la Torá.
~ Luego, otra persona, denominada Jatán Bereshit, el “novio de Bereshit”, es llamada para la lectura de la primera sección de la Torá, Bereshit (Génesis 1:1 a 2:3).
~ La lectura de la Torá finaliza cuando se llama al Maftir o Jatán Maftir, para quien se lee la sección de Pinjas (Números 29:35 a 30:1) que trata de la ofrenda adicional que se traía en el Gran Templo en este día (Sidur, pág. 330).
~ Cuando se invita al Jatán Torá y al Jatán Bereshit a subir a la Torá es costumbre hacerlo recitando previamente una hermosa plegaria en su favor (véase Sidur, págs. 332 a 334).
~ Se acostumbra que el Jatán Torá invite a toda la congregación a un Kidush festivo para celebrar Simjat Torá.
Una Torá que siempre es nueva
¿Cuál es la razón de que comencemos a leer Bereshit en Simjat Torá?
Los Sabios explican:
[Reiniciamos la lectura de la Torá el mismo día en que hemos terminado de hacerlo para demostrar que nos es tan preciada como un regalo nuevo, y no corno un dogma antiguo que la persona ya no valora. Es fresca y todos corren a recibirla. A sí declara el versículo (Deuteronomio 6:6,): “Y estas palabras que Yo te ordeno hoy estarán sobre tu corazón” (Sifrí Vaetjanán).
Otra explicación extraída del Midrash:
El Satán separa frente a Di-s y protesta: “El pueblo de Israel estudia la Torá, pero no la termina “. Guando ellos culminan su lectura en Simiat Torá, Di-s dice. ¡Ves ahora que sí terminan!” El Satán responde. “Aunque terminen, no vuelven a empezarla”. Cuando comienzan nuevamente con parshat Bereshit Di-s responde.’ “Ves, han empezado a leerla de nuevo. No hay motivos que te permitan acusarlos” (Rabí Aizik Tirna, Hagahót Minhaguím).