Iluminando la oscuridad
Hace 2.200 años la tierra de Israel se encontraba bajo el dominio del emperador griego Antiocus, quien emitió numerosos decretos para obligar al pueblo judío a seguir la filosofía y el culto idólatra griego.
Hace 2.200 años la tierra de Israel se encontraba bajo el dominio del emperador griego Antiocus, quien emitió numerosos decretos para obligar al pueblo judío a seguir la filosofía y el culto idólatra griego. Prohibió el estudio de la Torá, la observancia de las mitzvot, y profanó el Santo Templo de Jerusalén ubicando en él ídolos.
Un pequeño grupo de judíos emprendió la guerra contra los poderosos ejércitos griegos, y los expulsó de la tierra. Cuando recuperaron el Santo Templo, el 25 de Kislev, desearon encender la Menorá (candelabro), pero descubrieron que los griegos habían impurificado prácticamente todo el aceite puro; todo lo que encontraron fue una pequeña vasija de aceite, suficiente sólo para iluminar una noche. Se necesitarían ocho días para elaborar aceite nuevo, puro.
Milagrosamente, el aceite duró ocho días y noches, y la fiesta de Januca fue establecida.
Para conmemorar y difundir estos milagros, encendemos la Menorá de Januca (también conocido como «janukiá») en cada una de las ocho noches de la festividad.
Extraído de www.jabad.com