Parasha Devarim
El objetivo de deambular por el desierto
En el comienzo del párrafo bíblico de esta semana, Moshé Rabeinu amonestó a los hijos de Israel. Como prólogo a sus palabras cita en el texto una reprimenda general: “Hay once días desde el Monte Jorev camino del Monte Seir hasta Kadesh Barnea”. Moshé les dijo aquí, de acuerdo a la explicación de Rashi: vean qué es lo que causaron. No hay camino más corto desde Jorev a Kadesh Barnea como el que va en dirección del Monte Seir. Incluso en éste la travesía dura once días. Ustedes lo caminaron en tres días… y puesto que pecaron, os hizo circular alrededor del Monte Seir durante cuarenta años”.
Con estas palabras, Moshé expresó un principio fundamental en la vida del pueblo judío: No tiene frente a sí un camino medio, sino uno de los dos extremos: si actúa de acuerdo a la Voluntad de Di-s, el Altísimo lo hará avanzar con una velocidad milagrosa (en tres días). ¡Pero en caso contrario, la situación será totalmente opuesta y tardará en transitar el mismo camino cuarenta años!
La discusión con el baitusí
Estas palabras de Moshé fueron utilizadas por Raban Iojanán Ben Zakai en su disputa con unbaitusí (los baitusim no creían en la Torá Oral, que interpreta a la Biblia, la Torá Escrita). El baitusí argumentaba que la Fiesta de Shavuot debe siempre festejarse en un día domingo puesto que “Moshé era un amante del Pueblo de Israel y sabía que la fiesta de Atzeret (Shavuot) dura un día, por eso instauró que sea celebrada a continuación del Shabat, para que los judíos puedan deleitarse durante dos días”. A esto retrucó Rabán Iojanán Ben Zakai- que sostenía la posición de la tradición oral, que la cuenta del Omer comienza siempre al día siguiente del primer día de Pesaj, y por ende Shavuot cae cada año en un día diferente de la semana, y no necesariamente el domingo- si Moshé era una ‘amante de Israel’ ¿por qué los retuvo en el desierto durante cuarenta años?
Debemos entender el sentido más profundo de esta conversación y la respuesta de Rabi Iojanán Ben Zakai. ¿Acaso fue su intención socavar el hecho de que “Moshé era un “amante del Pueblo de Israel?” Y en lo que respecta al tema en general, ¿qué relación existe entre el día que cae Shavuot con el amor de Moshé al Pueblo de Israel?
Sin esfuerzo y el arduo trabajo
En la posición del Baitusí se esconde un enfoque del mundo, más profundo. Como se mencionó, los baitusim creían sólo en la Torá Escrita y no en la Torá Oral. La diferencia esencial entre la Torá Escrita y la Oral es que la Escrita fue entregada en forma directa desde Arriba, de Di-s. Mientras que la Torá Oral, aunque también proviene del Altísimo, llega (también) a través de la razón, del esfuerzo y el trabajo de los Sabios de Israel de cada generación.
Los baitusim creían sólo en lo que fue entregado desde Arriba y no comprendían el valor del esfuerzo “de abajo”. Por ello, sostenían que como consecuencia de su amor por los judíos, Moshé instauró que Shavuot deba celebrarse al día siguiente de Shabat. El Shabat representa el deleite que viene “desde Arriba” sin trabajo, ni esfuerzo.
El valor del arduo esfuerzo
A ello respondió Raban Iojanán Ben Zakai, siguiendo la línea de pensamiento del baitusí, acerca de lo que es amor al judío, “¿por qué los retuvo Moshé cuarenta años en el desierto?” Pero justamente, porque Moshé era el verdadero ‘amante de Israel’, aspiraba a que los judíos alcancen sus logros espirituales, no en carácter de bondad gratuita recibida del Cielo, sino como producto del trabajo y esfuerzo propio desde abajo.
Ésa fue la intención subyacente en la travesía por el desierto durante cuarenta años. Exteriormente se trataba de un castigo por los pecados, pero en su dimensión interior, el objetivo era lograr un vínculo más profundo con el Altísimo a través de superar las pruebas del desierto. Víspera de su ingreso a la Tierra de Israel llegaron a un nivel de “están ustedes apegados a Hashem, vuestro Di-s”
Esto es también el objetivo del actual exilio diaspórico, a través del cual llegamos a la perfección de la completa redención mesiánica.
Likutei Sijot, Tomo 19, Pág. 1
Extraído de El Rebe enseña Editorial Lubavitch Sudamericana