Parashá Vaietze
Iaakov, en una visión en el sueño observó ángeles que ascendían y descendían por una escalera…
Hashem apareció entonces ante Iaakov y le prometió que la tierra sobre la que estaba descansando le sería entregada a él y a sus descendientes, y que él retornaría a su hogar bajo Su protección. Al despertar, Iaakov ungió con aceite y consagró la piedra que había colocado bajo su cabeza como un altar a Di-s Prometió que cuando regresara al hogar de su padre ofrecería al Señor un décimo de todas las posesiones que Él le otorgara y que regresaría a rezarle en el altar recientemente consagrado.
Iaacov llegó a un pozo de agua en un campo situado en los umbrales de Jarán. Observó que tres rebaños de ovejas y sus pastores se habían concentrado alrededor del pozo y estaban sentados, ociosos. Iaakov se acercó a ellos y les preguntó. «¿De dónde son ustedes?»
«Somos de Jarán» fue la respuesta.
«¿Conocen a Lavan, el hijo de Najor?», continuó Iaakov.
«Lo conocemos. Y allí está Rajel, su hija, viniendo con las ovejas» señaló uno de los pastores.
«El día es largo aún; no es momento de reunir a las ovejas. ¿Por qué no les dan ustedes agua y las llevan a pastorear al campo?», preguntó Iaakov.
«No podemos, hasta que no se reúnan los rebaños y todos los pastores juntos hagamos rodar la piedra de encima del pozo. Recién entonces podremos darles agua a las ovejas» explicaron los pastores.
Mientras estaban conversando, Rajel se acercó con las ovejas de su padre. Cuando Iaakov la vio se acercó al pozo, hizo rodar la pesada piedra con una sola mano y dio de beber a las ovejas de Laván.
Entonces dio a conocer a Rajel su relación familiar. Ella fue presurosa a avisarle al padre la llegada del visitante. Laván dio la bienvenida a Iaakov, quien estuvo de acuerdo en trabajar para él como pastor durante siete años, para poder casarse con Rajel, de quien se había enamorado. Laván consintió, pero después que los siete años hubieron transcurrido, engañó a Iaakov sustituyendo a Rajel por Lea bajo el palio nupcial. Su excusa por esta engañosa maniobra fue que Lea era mayor y, en consecuencia, debía casarse primero. Iaacov no tuvo alternativa y aceptó la situación. Poco después se casó también con Rajel, pero bajo la condición de que trabajara otros siete años para Laván.
Hashem vio que Lea no era tan bien querida como Rajel. Por lo tanto hizo que aquella tuviera hijos, en tanto que Rajel permanecía estéril. Dio a luz a los primeros cuatro hijos de Iaacov: Reuven, Shimón, Levi y Iehuda. Rajel, al no tener hijos, siguió el ejemplo de la abuela de Iaacov, Sará, y le ofreció a su esposo a su sirvienta Bilha como esposa. Bilha le dio a Iaacov dos hijos; Dan y Naftalí.
Lea observó que había dejado de tener hijos y también le dio a Iaacov su sirvienta Zilpa como esposa. Zilpa concibió a Gad y Asher. La propia Lea dio a luz a dos hijos más, Isajar y Zevulún. También fue madre de una hija llamada Dina. Luego Hashem recordó a Rajel, escuchó sus plegarias y dispuso que engendrara un hijo, al que llamó Iosef.
Con la ayuda de Hashem, Iaacov se convirtió en un hombre muy rico. Al advertir los celos de los hijos de Laván y la actitud fría de éste, decidió que era tiempo de abandonar el lugar.
En ausencia de Lavan, Iaacov tomó a sus esposas, sus hijos y sus rebaños y emprendió viaje rumbo a su hogar.
Antes de salir, Rajel sin que Iaacov lo supiera robó los ídolos del padre. Ella suponía que dé esta forma evitaría que practicara la idolatría. Tres días más tarde Laván fue informado de la partida de Iaacov, salió a perseguirlo y lo alcanzó en las montañas de Guilad.
Di-s se apareció ante Laván en la noche, durante un sueño, y le advirtió que no hablara con Iaacov ni bien ni mal Laván echó en cara a su yerno el haber partido tan precipitadamente y lo acusó de robar los ídolos. laacov negó el robo pues ignoraba que Rajel era culpable, y declaró que cualquiera que hubiera robado los ídolos moriría. Laván comenzó una búsqueda metódica entre todas las pertenencias de Iaacov, pero Rajel los había escondido bien y la búsqueda de Laván resultó infructuosa. Entonces, Iaacov y Laván se separaron después de cerrar un acuerdo de paz, y Iaacov y su comitiva continuaron su camino.
En su viaje el patriarca encontró ángeles de Hashem en un lugar al que denominó Majanaim (grupos).
En esta Parsha se menciona el nacimiento de las doce tribus. Ellos son:
Reuven, Shimón, Leví, Iehudá, Isajar, Zevulún, Dan, Naftalí, Gad, Asher y Iosef. El nacimiento de Biniamin es mencionado en la Parshat Vaishl