Parsha Vaieshev
La historia del pueblo judío
La Parashá nos relata el episodio ocurrido con Iosef y sus hermanos, quienes deciden venderlo a una caravana de ismaelitas. Al llegar finalmente a Egipto es comprado por Potifar, ministro del Faraón, que, a pesar de la eficiencia de Iosef en todo su desempeño, lo pone bajo arresto debido a una falsa acusación.
Esta es la historia de Iosef
Esta Parshá relata la historia de Iosef, quien fue vendido como esclavo en Egipto, y que luego de atravesar diferentes circunstancias y obstáculos, llega a ser el virrey. Si analizamos en detalle el destino de Iosef, descubriremos de pronto, la similitud con la historia del Pueblo de Israel en el exilio. Iosef, un muchacho de 17 años, hijo predilecto de Iaacov, es arrancado de repente del seno familiar, erradicado de su país y vendido como esclavo en un país extraño. El joven se ve envuelto en circunstancias difíciles y crueles, y dichos acontecimientos le suceden siendo él inocente. Otro en su lugar se hubiera deprimido, entristecido, sintiendo inclusive cierta indiferencia a todo como consecuencia de su condición. Sin embargo Iosef entendió que debía ponerse a la altura de las circunstancias. Como esclavo de Potifar, cumplió su tarea óptimamente, hasta que por mérito de Iosef, Potifar obtuvo éxito en cualquiera de sus emprendimientos.
Esa es la particularidad del judío. En cualquier situación y circunstancia trata de cumplir con su misión de la mejor forma.
Firme convicción
¿Cuál fue el pago que recibió Iosef por su lealtad a Potifar?, ¡Fue enviado a la cárcel!. ¿Por qué?. Por no querer traicionar a su amo. De pronto entiende que su empeño, dedicación, corrección y rectitud no sólo que no lo beneficiaron sino todo lo contrario, debido a esto está preso. Pero de todas formas esto no logra cambiar sus principios y su perspectiva. También estando en la prisión sigue desempeñándose con rectitud y nuevamente Di-s le concede éxito.
De la misma forma, a pesar del desagradecimiento y la impunidad de quienes lo rodean, el iehudí no altera su lealtad y se entrega para cumplir su cometido.
Ingratitud y desconocimiento
Entonces Iosef ve que los dos ministros que estaban encarcelados se sentían molestos. Podría haberse alegrado por ello, ya que un ministro del Faraón lo había enviado injustamente a prisión. Sin embargo no existe en Iosef sentimiento de venganza. Al ver personas que atraviesan una dificultad, se les acerca para ofrecer su ayuda, interpretando sus sueños. En ese momento, Iosef se permite hacer un pequeño pedido a uno de ellos: “Y harás para mi un favor, recordándome ante Paró”. No solicitó dinero ni nada por el estilo, sino basado en su rectitud y fe, solo requiere que sea recordado su caso ante el monarca. A pesar de que la interpretación de los sueños fue correcta, el ministro ni siquiera lo recordó.
Mal por bien
Iosef deduce que el mundo está lleno de mentira, no hay vestigio de justicia e integridad. Al llegar luego al puesto de Virrey, con poderes plenipotenciarios, tiene la posibilidad de vengarse de quienes le hicieron daño. Pero alguien como Iosef no se comporta de esa forma. Continua siendo el mismo de siempre, invirtiendo todo su talento para manejar los asuntos de la nación, salvándolos de los siete años de hambre por venir. Practica benevolencia con quienes intentaron dañarlo.
Así es, en general, la historia del pueblo judío a lo largo de su exilio, en todas las generaciones.