Parshat HaJodesh – “Una Costumbre y Su Origen”
Los Sabios estipularon que en el Shabat anterior a Rosh Jodesh Nisán —o en Rosh Jodesh mismo, si coincide con Shabat— se debe leer la sección de la Torá que comienza con las palabras: Este mes será para vosotros cabeza de los meses (Exodo 12:2). Esta sección se lee en adición a la parshá semanal regular, y se denomina Parshat HaJodesh.
Así, si Rosh Jodesh Nisán acaece en un día de semana, el Shabat anterior se extraen del Arca dos Rollos de la Torá. Siete personas son llamadas para la lectura de la sección regular del primer Rollo, y luego se llama a una persona adicional —el maftir— para leer Parshat HaJodesh del segundo.
APRECIO PÚBLICO
Nuestros Sabios ordenaron leer una parshá especial adicional en este Shabat en razón de la importancia del mes de Nisán, que es denominado la “cabeza” —o rey— de todos los meses. [A ello se hace referencia en el versículo: Este mes será para vosotros cabeza de meses (Exodo 12:2), pues la palabra hebrea lajém —para vosotros— está formada por las mismas letras que la palabra mélej —rey—]. Por eso debemos santificarlo y glorificarlo por encima de los otros meses. Y es así que anunciamos públicamente su comienzo en Shabat, cuando todos se congregan en las sinagogas, mediante lecturas especiales de la Torá y la haftará.
Si bien estas lecturas no constituyen la “consagración del mes” [pues ésta era llevada a cabo sólo por el Sanhedrín en la época del Gran Templo], representan, no obstante, una muestra del gran honor que rendimos a este mes por encima de los demás, anunciando su advenimiento en público
Asimismo, a través de esta lectura adicional de la Torá se recordaba al pueblo la proximidad de Pesaj y la necesidad de prepararse para la peregrinación a Jerusalén, ya que la obligación de ascender allí en Pesaj era mucho más estricta que en las demás Festividades pues involucraba la realización del Sacrificio Pascual, que sólo podía ofrendarse el 14 de Nisán.
El aprecio mostrado hacia el Beit HaMikdash durante la Festividad de Pesaj era mucho mayor que en cualquier otra época del año, pues todo el pueblo —tanto grandes líderes como ciudadanos comunes— atravesaba junto los portones del Santuario entonando canciones y alabanzas. Por este motivo, durante la Festividad se enseñaba a todos las responsabilidades que tenían los unos para con los otros, y hacia el Beit HaMikdash, con sus objetos sagrados, sus servicios y sus ofrendas. Estos conceptos constituyen el tema central de la haftará del Libro de Iejezquel que se lee en este Shabat.
UN MES QUE ES TODO REDENCIÓN
La redención representa el emerger de la oscuridad a la luz; por eso, quien nunca padeció la opresión de la esclavitud, no valorará la redención. La esencia misma de la redención es la libertad que resulta de la sumisión misma. Si el pueblo de Israel no hubiera sido esclavizado, nunca habría experimentado la verdadera libertad; pero una vez que lo fue, esa misma esclavitud dio origen a su redención. De en medio de esa oscuridad —y de ningún otro lugar— surgió la luz. Nuestros Sabios enseñaron: Los Hijos de Israel dijeron a Di-s: “Amo del Universo, ¿cuándo nos redimirás?” Di-s respondió: “Cuando caigáis al nivel más bajo, en ese momento os redimiré” (ibíd. 533).
Encontramos que cuando nació Itzjak, todos dijeron: “Ha nacido un hijo para ser esclavizado”, pues Di-s ya había dicho a Avraham: Tu simiente será extranjera en una tierra que no es suya (Génesis 15:13); sin embargo, se convirtió en el padre de una nación de personas libres y redimidas.
Y cuando fue atado para ser ofrecido en el altar, parecía que la progenie de Avraham estaba a punto de desaparecer de la faz de la tierra; sin embargo, este mismo episodio se convirtió en una fuente de méritos para su simiente, y de aquel cuchillo que Avraham alzó en sumisión a la voluntad de Di-s [para sacrificar a su hijo], recibieron vida y eternidad todas las generaciones venideras. [En este caso, la palabra hebrea empleada para “cuchillo” es maajélet, que también acepta la acepción de “sustento”, simbolizando que Di-s los “sustentó” con larga vida y perpetuidad].
De igual manera, cuando Iaacov vistió las ropas de Eisav y se acercó a su padre Itzjak para recibir sus bendiciones, pensó con temor: Apareceré ante los ojos de mi padre como un impostor, y haré recaer sobre mí maldición en lugar de bendición (Génesis 27:12). Pero cuando se presentó, salió de allí colmado de bendiciones para sí y para sus descendientes en todas las generaciones futuras.
Asimismo, observamos que todas las dificultades y sufrimientos padecidos por la descendencia de Iaacov a lo largo de la historia se transformaron en luz y salvación; cuanto mayor fue la oscuridad, tanto mayor fue la luz resultante. De igual forma sucederá con la redención final: su luz surgirá de entre la oscuridad; en el mismo momento en que los corazones se estremecen con desesperanza, brillará la gloria de Di-s. ¿Y cuándo acontecerá esto? En el mes de Nisán, que Di-s estableció como período de redención para todas las generaciones. Toda tribulación o desgracia que se abate sobre Israel durante este mes no es más que una afirmación del florecimiento de la redención que está a punto de comenzar.
Así explicaron nuestros Sabios en el Midrash: El versículo Este mes será para vosotros… (Exodo 12:2) guarda una estrecha relación con los siguientes dos: El consejo de Di-s se yergue para siempre (Salmos 33:11) y Afortunada es la nación cuyo Di-s es el Señor (ibíd. 33:12). Cuando el Santo, bendito sea, escogió Su mundo, estableció los comienzos de meses y los años —éste es el consejo que se yergue para siempre—; y cuando eligió a Iaacov y a sus hijos, fijó un mes de redención — un mes en el cual serían redimidos de Egipto y lo serán en el futuro. En ese mismo mes nació Itzjak, en ese mes fue atado como ofrenda sobre el altar, en ese mes Iaacov recibió las bendiciones de su padre, y en ese mes Di-s insinuó a los Hijos de Israel que el mismo sería el comienzo de su redención, como expresa el versículo (Exodo 2:2): …el primero de los meses del año para vosotros. Respecto de ello fue dicho: Afortunada es la nación cuyo Di-s es el Señor (Shemot Rabá 15).
LA CABEZA Y EL PRIMERO
…La cabeza de los meses — pues todo conteo que realicen a partir de entonces, deberán hacerlo desde Nisán. ¿Por qué? Pues el día de la redención es más significativo que el día del nacimiento, y la redención es en sí misma más trascendente que cualquier otro acontecimiento o evento. Hasta antes de salir de Egipto el pueblo de Israel calculaba los meses y años en base a la Creación, o desde la época en que el mundo se renovó luego del Diluvio, como declara el versículo (Génesis 11:1): Dos años después del Diluvio, o desde el nacimiento de Avraham, o desde “el pacto de las mitades” entre Di-s y Avraham (Génesis 15:13), al cual alude el versículo: Y fue al cabo de cuatrocientos treinta años… (Exodo 12:41). Sin embargo, tan pronto como la nación redimida salió de Egipto, dejó de lado todos estos cálculos y comenzó a contar únicamente a partir de la redención: Este mes será para vosotros la cabeza de los meses.
Este mes será… — ¿Con qué puede compararse ello? Con un rey que al nacer su hijo fijó esa fecha como día de fiesta y alegría. Años más tarde, el hijo fue tomado prisionero y mantenido en cautiverio durante largo tiempo. Cuando finalmente fue rescatado, el rey estableció el día de su liberación como la fecha de celebración más importante del año [por encima de la primera]. Asimismo, antes de que los judíos descendieran a Egipto, calculaban los años en base al “decreto de esclavitud”, es decir, cuántos años habían transcurrido desde “el pacto de las mitades” entre Di-s y Avraham cuando se selló el decreto de cuatrocientos años de esclavitud que debían soportar en tierra extranjera (Génesis: 15:13). Pero luego de que descendieran a Egipto y fueran esclavizados allí, y Di-s realizara grandes milagros en su favor y los liberara, comenzaron a contar los meses desde el momento de ese magno acontecimiento, como declara el versículo: Este mes será para vosotros cabeza de meses (Shemot Rabá 15).