Plantas que podés tener en tu casa para conectarte con la naturaleza
En tiempos tan estresantes como los que estamos atravesando, las plantas son un cable a tierra, literalmente. Porque tienen la capacidad de alegrarnos y nos invitan a proteger y alimentar un ser vivo que crece. También es una meditación activa, una forma de estar en movimiento. Y, si bien con las plantas no podemos hablar (aunque también podés hablarles, claro), ellas nos devuelven una conversación silenciosa pero clara: cuando no las cuidamos, se apagan, y cuando les damos atención, brotan desde su lugar. Así que poné buena música, arremangate el pijama y empapate de la onda verde.
¿Por qué tener plantas cerca?
- Para la salud: las plantas mejoran la calidad del aire y absorben gases nocivos. Por ejemplo, si fumás o vivís con alguien que fuma, tener verde cerca maximiza la calidad del ambiente. En los 80, la NASA llevó a cabo una investigación en la que probó que las plantas son capaces de remover químicos tales como el benceno, formaldehído, tricloroetileno, amoníaco y monóxido de carbono, que interfieren con nuestra salud dándonos, por ejemplo, dolores de cabeza o mareos.
- Para tu panza: ahora que todos empezamos a cocinar mucho más, tenemos la posibilidad de empezar nuestra propia huerta de aromáticas o verduras frescas para poder incorporar sabores recién cosechados en la cocina.
- Para la polución: para las zonas urbanas, las plantas son la salvación porque retienen el polvo que hay en las grandes ciudades. Sobre todo en invierno, cuando las hojas de los árboles se cayeron, las plantas de interior retienen en sus hojas el polvo que está dando vueltas.
- Para nuestro estado anímico: desde lo superficial hasta lo profundo, es sabido que las plantas hacen bien. Por un lado, traen belleza y les dan calidez y armonía a tus espacios, pero también dan compañía, son seres vivos que necesitan atención. Poner las manos en la tierra te saca de la queja y te lleva a la acción. Baja la ansiedad. También es lindo para mandar como regalo y generar felicidad en los que querés.
3 factores clave para elegirlas
Luminosidad
Una de las claves es entender la luminosidad que necesitan. A las plantas de interior no les tiene que pegar el sol directo en las hojas. ¿Por qué? Porque lo que nosotros llamamos «plantas de interior», en su gran mayoría, son especies que provienen de bosques (en especial del sotobosque, que es la parte más baja del bosque) o de selvas tropicales, por lo que su hábitat natural es un ambiente húmedo y con luz indirecta ya que en el bosque las copas de los árboles absorben los rayos del sol y dejan pasar solo un porcentaje reducido de luz y en determinados lapsos de tiempo. Entonces, su ambiente suele ser más bien oscuro. Por eso, si bien todas las plantas de interior pueden estar en un patio o balcón, la condición es que no les dé el sol directo.
Suelo
El suelo también debería imitar lo mejor posible las condiciones de esa tierra originaria. Por eso, el sustrato que usemos tendrá que ser rico en minerales. Imaginate esto: esos árboles que están arriba pierden sus hojas, luego estas se descomponen y se transforman en nutrientes. También hay materia fecal, insectos. Todo esto crea una comunidad de nutrientes muy grande que vamos a tener que imitar para que nuestra planta crezca sana y feliz. Entonces, el sustrato tiene que ser muy rico en materia orgánica. Por este motivo, los expertos no le dicen «tierra» sino «sustrato», porque lo que comprás en tu bolsita tiene un montón de agregados orgánicos: corteza de pino, pinocha (hojas de pino que ayudan a las plantas de interior), compost, hummus, etc.
Humedad
El entorno que necesitan tus plantas de interior debe ser húmedo. Y en invierno, con la calefacción y el horno prendidos, hay que prestar más atención porque el ambiente se seca. Lo mejor para regular la temperatura es -y esto es muy importante- pulverizar las hojas con agua. Puede ser agua filtrada, de lluvia o de la canilla. Atenti: esto no reemplaza el riego.
Cómo cuidarlas?
- Ojo con el exceso de agua: siempre es mejor pecar de menos agua que de más. Cuando regás de menos, tenés chance de reparar, pero cuando te pasás, a veces no hay vuelta atrás. Tené en cuenta que es el mayor factor de mortalidad y acordate de que las plantas de interior provienen de la selva y no les cae el agua directo, los árboles ralentizan la caída del agua y no reciben grandes cantidades. No tengas miedo de clavar un dedo en la tierra: si los 4 cm del sustrato superior están húmedos, quiere decir que no hace falta. Las raíces también respiran y si quedan sumergidas en agua, no pueden hacerlo. Además, con el exceso de agua aparecen los hongos y de ahí es difícil volver.
- Atenti a la sequedad del ambiente: al igual que tus manos y tu cuero cabelludo, las plantas también sufren de la sequedad. Si bien no se pueden poner cremas hidratantes como vos, las podemos hidratar. Un ayudín es poner un humidificador de ambiente, pero pueden ser caros. Por eso, una alternativa abuelística es poner un cuenco con agua cerca de las plantas, el mismo calor ambiental vaporiza esa agua. ¡Y no te olvides de pulverizar las hojas!
- No las dejes solas: como todo ser vivo, funcionan mejor en comunidad, con otras. Lo ideal es que tus plantas estén agrupadas, porque viven más tiempo y más sanas.