¿TIENES LA PIEL SENSIBLE? ESTOS SON LOS TIPS PARA CUIDARLA
¿TIENES LA PIEL SENSIBLE? ESTOS SON LOS TIPS PARA CUIDARLA
Sequedad, enrojecimiento, sensación de tirantez, ardor y deshidratación, son características de una piel denominada sensible. Estas quizá no aparecen todas a la vez o solo las experimentamos en periodos de nuestra vida. Aprende a reconocer cuándo tu piel se ha vuelto sensible y cómo tratarla.
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Si hace algún tiempo tu piel está reaccionando de forma extraña: se pone roja, o sientes sensación de calor, o la sientes tirante y reseca, es posible que la sensibilidad viene a formar parte de tu vida y que, si no la detectas a tiempo, estos signos pueden empeorar.
Las pieles sensibles son aquellas en que la barrera natural se resiente, pierde agua y permite que factores externos penetren más fácilmente, como por ejemplo, los rayos del sol, alérgenos y se irrite ¡de la nada
No debemos confundir ciertos síntomas de nuestra piel, como por ejemplo irritaciones ante ciertos productos como cremas o champús, o cuando aparecen pruritos acompañados de picazón y escozor. Eso es más bien una reacción alérgica y debemos usar productos hipoalergénicos (que también sirven para las pieles sensibles).
O cuando la piel es muy seca o extremadamente seca –a la que se denomina atópica-, porque esta ya es otra enfermedad de la piel que hay que tratar de otra forma.
En definitiva, la piel sensible no es un tipo de piel. Es una característica que puede afectar a cualquier tipo de piel. Ya sean atópicas, secas, normales, mixtas, grasas o con acné, las pieles sensibles son muy vulnerables. Tirantez, irritación, picor, escozor, enrojecimiento, es la manera de manifestarse.
¿Qué puede afectar a mi piel sensible?
Con la piel sensible se debe tener especial atención. Existen algunos productos en el mercado que pueden contener ciertos componentes que provocarán una reacción de intolerancia, con la consecuente rojez, picor o escozor. Estos elementos pueden ser los parabenos, colorantes, alcohol o ciertos jabones.
Veamos qué es cada uno y reconocerlos para hacer ¡stop! antes de usarlos.
Los enemigos de la piel sensible
Los parabenos son utilizados como conservantes en la cosmética, porque evitan que se estropee un producto una vez abierto por acción de los microorganismos. Están presentes en maquillaje, cremas, champús. Casi siempre sus nombres están escritos en inglés y pueden ser identificados en la etiqueta como methylparaben, propylparaben, butylparaben o benzylparaben.
Otro conservante, el Fenol-Fenil, un alcohol que se reconoce como phenolphthalein y chlorophenol.
También el aluminio puede provocar gran daño en las pieles sensibles. Este metal está presente en los desodorantes, en los que se utiliza el clorhidrato de aluminio. Asimismo, los estudios respecto a los daños que puede causar, va más allá y están relacionados con el cáncer de mama.
El color de esa crema rosa que muchas veces no tiene que ver con los ingredientes activos, sino con los colorantes como el acetanilin, HC orange, acid red o pigment y que también pueden provocar reacciones.
La mejor amiga de tu piel sensible ¡eres tú misma!
Por supuesto si sigues ciertos cuidados y no te arriesgas en probar productos o asumir rutinas de belleza que no son favorables. Pon atención a las que sí debes practicar:
* Como ya dijimos, la piel sensible no es en sí misma un “tipo”, sino más bien una característica; por tanto, elige los productos correctos. No es lo mismo una crema para piel seca que para grasa. Para la primera debe contener agentes oleicos. Para la segunda, evitarlos.
* Existes ciertas zonas del rostro que son más sensibles –aún- que el resto, como el contorno de los ojos, los labios, . Todas tienen en común una piel fina.
* Siempre limpia la piel y hazlo con un producto adecuado para conservar el equilibrio, como por ejemplo los desmaquillantes fisiológicos.
* Recuerda que la piel del contorno de ojos es diez veces más fina que el resto, por tanto nunca la jales y acostúmbrate a una rutina específica.
* ¡Derribamos el mito que las pieles sensibles no pueden exfoliarse! Claro que se puede. Solo debes elegir un producto que sea respetuoso. Se recomienda uno fisiológico, que suaviza y purifica.
* Como para todas las pieles, el hidratarse es condición sine qua non. La crema de día y la de noche deben seguir siendo indispensables.
* ¡No olvides protegerte del sol! Recuerda que tu piel es menos fuerte ante una de las agresiones más peligrosas: los rayos UV.
¿Qué maquillaje se debe usar?
Siempre elegir los que no contengan todos aquellos elementos conservantes o alcoholes que puedan desencadenar reacciones cutáneas y preferir los que prolonguen la hidratación y protejan. Si tienes la piel grasa, olvida los que llevan aceites.
Desmaquillarse sigue siendo la actitud clave –para todo tipo de pieles- con un agua micelar que respete el ph de la piel.
Fuente: http://www.escuestiondepiel.com