Vaerá – “Quebrar la testarudez”
“Está pesado el corazón del Faraón” (Shemot 7:14)
La primera plaga con la que Hashem golpeó a Egipto fue la plaga de la sangre. Cuando Hashem ordena a Moshé sobre la plaga, le dice a modo de introducción1: “está pesado el corazón del Faraón, se negó a mandar al pueblo”. Surge la pregunta, qué es lo que quiere decirle Di-s a Moshé con esto. ¿Acaso no le hizo saber ya de antes2: y “Yo He de endurecer al corazón del Faraón… y no les escuchará a ustedes el Faraón”? Moshé Rabeinu ya sabe que la negativa del Faraón a mandar a los Hijos de Israel proviene del hecho de que Hashem endureció su corazón. El propio endurecimiento del corazón vino como castigo a que el Faraón se rebeló contra el Altísimo, por lo cual se decretó que se oponga a cumplir la Voluntad de Di-s para que consecuentemente reciba su castigo. Pero siendo que Moshé ya sabía todo esto, ¿cómo es posible que Hashem motive la plaga de la sangre con que “está pesado el corazón del Faraón”?
PESADO DE POR SÍ
La llave para comprender el tema se encuentra en el comentario de Rashi. El mismo explica el término: “está pesado” como un sustantivo calificativo y no como verbo. Es decir, el corazón del Faraón “está pesado” por sí mismo y no (sólo) producto de una acción, porque Hashem lo endureció. El corazón del Faraón “estaba pesado” de por sí, poseía una testarudez natural que generaba que se oponga a la voluntad de Hashem; (además de ello, Hashem lo hizo más pesado aún, para endurecerlo más allá de su naturaleza testaruda).
CEREBRO, CORAZÓN, HÍGADO
Esta característica de terquedad del corazón se llama en las enseñanzas Jasídicas “la klipá del Faraón”3, Las letras de la palabra hebrea Faró componen también la palabra ‘haoref’4, es decir, (la terquedad) de la nuca. Esta característica implica una obstinación irracional que causa que el hombre se oponga incluso al mandato de su razón y sus sentimientos. Esto está aludido también en la palabra hebrea utilizada aquí, para decir está pesado’- kaved- que también puede traducirse hígado. Es sabido5, que las capacidades de la persona se clasifican, en términos generales, basándose en los tres órganos principales: el cerebro (la razón), el corazón (el sentimiento) y el hígado (la capacidad ejecutiva). El orden correcto es que primero la persona piensa el tema y arriba a alguna conclusión lógica, a continuación desarrolla en su corazón los sentimientos correspondientes hacia el tema; y a partir de la razón y los sentimientos de la decisión, desciende a los canales de ejecución práctica. Pero cuando “kaved el corazón del Faraón”, es decir el corazón se transforma en hígado y la obstinación ejecutiva ocupa el lugar de la razón y la emoción, tenemos ahí la testarudez en el mejor sentido de la palabra.
MOSHÉ FRENTE AL FARAÓN
Esta obcecación de la ‘klipá de Faró’ puede aparecer en cada uno y perturbarlo en el servicio al Creador. Frente a ella debe hacerse uso de la ‘obstinación’ sagrada, la aceptación del Yugo Celestial. El judío debe instalar en su ser la aceptación del Yugo de Di-s que no depende de la lógica ni de las emociones, cualquiera sea su estado de ánimo o situación. Asume el yugo del Altísimo y cumple con Su Voluntad en toda condición y situación. Esta fuerza la poseía Moshé. Más allá de su sabiduría y grandeza, Moshé estaba absolutamente anulado frente a Hashem6. Cuando el tema afecta a la Voluntad de Di-s, puso a un costado su comprensión y emociones y se entregó de manera total a cumplir con lo que Di-s quiera. Es por ello que él, específicamente, podía doblegar a la testarudez del Faraón.