24 de Tevet - EL TANIA
UN DI-S TAN GRANDE EN UN LIBRO TAN PEQUEÑO LOS GRANDES DE ISRAEL, Y LOS TZADIKIM DEL JASIDUT, DE TODAS LAS DISTINTAS RAMAS, Y AFLUENCIAS, COINCIDIERON EN ALABAR LA CAPACIDAD DEL TANIA, PARA ARRAIGAR UN TEMOR A DI-S PURO, EN EL CORAZÓN DE LA PERSONA.
Hace 210 años, salió de impresión, un pequeño libro, que iluminó el mundo: el Tania. Es el primer tratado, que concentró de forma concisa, los principios de la ideología Jasídica, que presentó el Baal Shem Tov. Por eso es conocido, como “la Torá escrita”, del Jasidut. Cuando trajeron por primera vez el Tania, a Rabí Leví Itzjak de Bardichev, lo tomo con devoción, y se concentró en su lectura. De repente exclamó: “¡El autor, logró introducir un Di-s tan grande, en un libro tan pequeño!”
RIQUEZA ESPIRITUAL.
Las ideas principales, y centrales del Tania, cobraron una amplitud y aceptación tal, en el seno del pueblo Judío, que hoy en día pocos saben su origen, y se convirtieron, en una parte inseparable, del pensamiento Judío ortodoxo. Y por esta vía, reaniman su espíritu, aun quienes jamás en su vida, han estudiado el Tania.
Los grandes de Israel, y los tzadikim del Jasidut, de todas las distintas ramas, y afluencias, coincidieron en la santidad del Tania, y expresaron su admiración, de modo sin igual.
Alabaron su capacidad de arraigar un genuino temor al cielo, en el corazón de la persona, e instaron a sus Jasidím a estudiarlo, sistemáticamente.
En efecto, una de las aptitudes singulares de esta obra, comprobables a la vista, es la de reforzar la fe. Es harto sabido entre los Jasidím, que si uno abriga dudas en sus creencias, encuentra la solución en el Tania. No necesariamente, respuestas intelectuales a todas las preguntas; pero las dudas desaparecerán. Aquí se encuentra su fortaleza: Despierta el alma divina que contenemos, e inflama la llama de la fe.
UN CAMINO FACIL Y SEGURO.
Rabí Shneur Zalman, escribió el Tania, durante ¡20 años! El libro es extremadamente sucinto, y a pesar de ser entendible para todos, contiene una profundidad insondable. Por eso se lo apodó, “la Torá escrita”1, de Jasidut Jabad.
En este libro se encuentran las bases de la doctrina Jabad, y del significado interno de la Torá. En él, se explica la disposición del alma humana, y la matriz de sus habilidades, que operan en él (la persona). Analiza dilemas filosóficos exhaustivos; a saber:
La relación entre el Creador y el universo, creación, a partir de la nada absoluta, la unicidad de Di-s, el objetivo
de la Torá, y sus preceptos, y otros temas similares. Traza delante del hombre, un camino fácil y seguro, para elevarse y servir a Di-s adecuadamente.
El Tania, se tradujo a numerosas lenguas.
El “Rebe de Lubavitch”, instó a imprimirlo en todo lugar con vida Judía, y que se dicten lecciones del mismo. A raíz de esto, el número de ediciones de este libro, supera los 5000.
EL FANTASTICO DIAMANTE, Y EL PRINCIPE
El Maguid de Mezritch acostumbraba a dar discursos Jasídicos públicamente.
Rabí Pinjas de Koritz, no concordaba, y sostenía, que temas tan elevados, no pueden exponerse tanto. En una oportunidad, encontró arrojados en la calle escritos que contenían enseñanzas
del Maguid. El Tzadik pensó: “He aquí el resultado, de la falta de cuidado, con conceptos delicados.”
Al ver esto el “Alter Rebe”, apaciguó a Rabí Pinjas con un ejemplo:
Un príncipe enfermó, sin que los doctores le encuentren un alivio. Cuando su dolencia agravó, descubrieron la existencia de un diamante extremadamente raro y precioso, que si se lo muele hasta convertirlo en polvo y se le da de tomar al paciente, sanará.
Luego de una breve búsqueda, encontraron la gema, en la corona del mismísimo rey, única en el mundo. Los ministros, se apiadaron de la joya, teniendo en cuenta, que el príncipe, estaba tan enfermo, que dudaban de su capacidad para tragar el remedio.
Consultaron al rey, y este, respondió: La corona y la piedra que la adorna, son realmente preciadas, pero no tienen valor alguno, comparadas con el príncipe. Vale la pena moler la piedra, solamente por la esperanza de que una gota, sea bebida y lo salve.
“De la misma manera”, culminó Rabí Shneur Zalman, “el Jasidut es verdaderamente un tesoro, y se origina en la corona Divina; pero con el pueblo de Israel en peligro, es necesario derramar Jasidut tal vez una gota haga efecto y produzca la salvación”
El Jasíd conoce su esencia, sabe su estado en el conocimiento, y estudio de la Torá, como en el cumplimiento de las Mitzvot. Es consciente de lo que le falta, y se preocupa por obtenerlo. Es disciplinado, en un modo de aceptación del Yugo1. (Ex. Del Haiom Iom)