“Iud Tet Kislev, Rosh Hashaná del Jasidut
La fecha histórica de Iud Tet Kislev, 19 de Kislev, fue más que un triunfo personal de Rabí Shniur Zalman…
Al conseguir ese día su libertad personal, y la libertad de continuar con sus enseñanzas y trabajo, consiguió una victoria para todo el movimiento jasídico que estaba amenazado con ser suprimido y extinguido.
Esta liberación implicó la diseminación de las fuentes del jasidut para iluminar los distintos niveles de interpretación de la Torá y lograr un sistema estructurado que por medio de los más altos niveles de Sabiduría – Jojmá, Entendimiento – Biná, y Conocimiento – Daat, forja un nexo en que el hombre sirve al Creador en forma total, con su mente, su corazón y con una entusiasta acción.
Puesto que el Alter Rebe era el mayor exponente de las enseñanzas del Baal Shem Tov, quien había fundado el movimiento jasídico, medio siglo atrás, fue blanco del ataque dirigido por los oponentes al jasidísmo; y su Gueulá (redención), trajo la salvación a los numerosos seguidores del Baal Shem Tov, y a nuestro pueblo en su totalidad.
Uno de los grandes logros del Baal Shem Tov es el de haber revelado la verdadera naturaleza del judío. Al tiempo que dedicó su vida a la difusión de la Torá y de las mitzvot (preceptos) en forma plena, nunca despreció a ningún judío, no importando cuanto pudieran las circunstancias haberlo alejado de su judaísmo. El Baal Shem Tov enseñó, y el Alter Rebe lo expuso extensamente, que el judío es esencialmente, por naturaleza, incorruptible e inseparable de Di-s, que ningún iehudí puede ni desea separarse de la Divinidad. “No es necesario más que raspar la superficie, para que la naturaleza interior del judío se revele”.
El Baal Shem Tov introdujo una nueva relación fraternal entre judío y judío, basado en el sentido profundo de “¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre?”. A través del ejemplo personal de su propio trabajo, él nos enseñó cuál debe ser la actitud y el acercamiento hacia otros judíos. Esta filosofía esta expresada y expuesta sistemáticamente en el jasidismo de Jabad.
Hoy más que nunca, es obligación y privilegio de cada judío, ayudar en la educación de los niños judíos; niños tanto en el sentido literal, en edad, como niños en su conocimiento del judaísmo. Tal como el Rebe de Lubavitch dijo una vez: “nuestros años no son medidos por el certificado de nacimiento. Una persona de setenta años puede ser en verdad como un niño que está todavía gateando
En verdad, la educación de la persona no está reducida al banco del aula de la escuela, sino que debe continuar durante toda su vida (se debe tratar de adquirir más sabiduría y ser mejor cada día). Por eso hay que ser estudiante y maestro a la vez, y en ambos casos, el éxito depende del efecto mutuo, y de un verdadero “Ahavat Israel”(amor fraterno por otro judío).