¿Tres semanas es poco?
Tres semanas es mucho tiempo cuando esperas un e-mail. Pero toma todo el dolor, tormento, pecados y sufrimientos de una nación de 4.000 años y aprésalos en un espacio de tres semanas… y tres semanas son un espacio muy estrecho. Los eventos de dos días terribles en nuestros años de formación encapsulan un gran pedazo de nuestra historia y marcan la trayectoria de nuestro recorrido en el próximo milenio. ¿Cuáles son estos dos días, y qué sucedió?
El 17 de Tamuz
El día 17 del mes de hebreo Tamuz, del año 2448 desde la Creación (1313 AEC), cuarenta días desde el Recibimiento de la Torá en el Monte Sinai, Moshé descendió de la montaña, y se encontró con que los Hijos de Israel estaban adorando a un becerro de oro. En sus manos, llevaba las Tablas de la Ley, inscriptas en ellas los Diez Mandamientos. Al ver la traición del pueblo al nuevo pacto con Di-s, Moshé “tiró las Tablas de sus manos y las rompió bajo la montaña”.
Di-s perdonó a Su pueblo, pero también dijo: “En el día de Mi contabilidad, Lo contaré”. Nuestros Sabios explican: cada pecado de la historia judía contiene un poco del pecado del becerro de oro; cada catástrofe de la historia Judía contiene algo de la catástrofe de la partición de las Tablas.
El 9 de Av
Era un pueblo herido, pero en estado de recuperación para volver a seguir su trayectoria hasta la Tierra Prometida. Y luego, en la víspera del día nueve del mes de Av, un año y tres semanas después de la rotura de las Tablas, la travesía de Israel se detuvo en seco.
Fue en esta trágica noche que nuestros ancestros, desanimados por el reporte negativo traído por los espías, perdieron la fe en la Divina promesa de la Tierra. Al final, Moshé aseguró el perdón de Di-s y reanudaron viaje, pero la naturaleza de la travesía fue alterada. Moshé y toda la generación que habían dejado Egipto y presenciaron la entrega de la Torá en el Sinai, murieron en el desierto. Sus hijos anduvieron en el desierto durante 40 años, marcando un patrón que se repetiría en los futuros exilios de Israel.
Las tres semanas
Cerca de 1.400 años más tarde, estos dos días de traición y desesperación otra vez dejaron su marca en la historia Judía, remarcando las“tres semanas” en las que se vio la destrucción de Jerusalem y su Templo Sagrado y el comienzo de nuestro más reciente, más largo y amargo Galut (exilio).
El 17 de Tamuz del año 3829 desde la Creación (69 EC), el ejército Romano que sitiaba Jerusalém, irrumpió en la ciudad destruyendo las murallas. Durante tres semanas las batallas arrasaron las calles, hasta que toda la ciudad fue destruida y el Templo Sagrado, el corazón de la ciudad y del pueblo Judío, ardió en llamas el 9 de Av. Otras numerosas tragedias en la historia Judía, (tanto antes como después de la destrucción del Templo), ocurrieron el 17 de Tamuz y el 9 de Av, y durante las tres semanas que hay entre estas dos fechas. Hasta el día de hoy, estos dos días son días de ayuno, y las “Tres semanas” marcan un período de duelo y arrepentimiento.
Despegando
¿Qué sucede cuando tanto caos es comprimido en un espacio tan estrecho?
Pregúntale a un jardinero qué sucede cuando pellizcas una manguera de jardín. Pregúntale a un ingeniero de láser qué sucede cuando un haz de luz es enfocado en un punto en particular. Pregúntale a un historiador qué sucede cuando las pasiones reprimidas de una persona se canalizan a través de un líder carismático.
Pregúntale a nuestros Sabios: te dirán que el Mashiaj nació el 9 de Av. Te dirán que es la tarea de nuestra generación apretar cuatro mil años de anhelo y esfuerzo en la estrecha recta del Galut y llevar nuestro mundo a una órbita más alta: a un estado de bondad Divina y perfección prometida por los profetas de Israel.