Cómo hacer para comer sano en la oficina
Que la rutina laboral no te impida alimentarte bien. Organizarse y llevar una dieta balanceada es posible.
PLANIFICÁ
Para tener una alimentación balanceada, hay que organizarse. Llevá a la oficina colaciones saludables como frutas, yogur, barritas de cereal, quesos magros, tostadas o sándwiches con panes integrales. Para los meses fríos, podés reemplazar el yogurt solo por un vaso diario de leche tibia con cereales o frutas secas. Una buena idea es agregarle una cucharadita de cacao amargo que aporta una buena cantidad de proteínas y calcio.
ABASTECÉ TU ESCRITORIO
Tené siempre a disposición agua mineral y frutos secos para calmar la ansiedad y evitar picoteos. Las sopas de verduras o caldo y las infusiones calientes que permiten regular la temperatura corporal como el té, el mate cocido y el mate son también una buena compañía durante la jornada laboral.
ALMORZÁ
Por más apurada que estés, no lo saltees. Date unos minutos para sentarte, masticar, saborear y disfrutar el plato que elegiste. No importa el horario, pero sí que lo hagas. «Las bajas temperaturas hacen que dejemos de lado el consumo de ciertos alimentos como las frutas y las verduras y que recurramos, como remplazo, a los hidratos de carbono como el arroz, la papa, los fideos y la batata. Lo ideal es comerlos dos veces por semana», asegura la Lic. en Nutrición Teresa Cóccaro, responsable del área de Nutrición en el Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA). SIn embargo, tanto las frutas como las verduras deben formar parte del menú diario ya que en el caso de las frutas no sólo aportan fibra sino que, muchas de ellas como los cítricos (naranja, mandarina, kiwi), aportan vitamina C, un antioxidante que previene enfermedades y con un consumo diario, regula y aumenta las defensas. Por eso, durante los meses de invierno se recomienda consumir dos frutas por día: una debe ser cítrica y la otra no necesariamente tiene que ser fresca, sino que puede ser cocida en forma de compota o azada.
En cuanto a las verduras, «lo conveniente es reemplazar el consumo de ensaladas (ya que el cuerpo precisa de comidas calientes) por vegetales cocidos de estación. Pueden ser cocinados al vapor, al horno o salteados con aceite en aerosol, y presentados en formato de budines, puré o soufflé acompañando las carnes (pollo, pescado o carne roja)», dice Cóccaro. ¿Cuáles son los de estación? La calabaza, la remolacha, el zapallito, la berenjena, la acelga, la espinaca, el brócoli, el coliflor y la zanahoria. Atenta: cuanto más color haya en el plato, mayor será el aporte de vitaminas y minerales.