“Y en esto consiste la obra del candelabro: una pieza de oro cincelada” (Bamidbar 8:4)
Nuestra Parshá abre con el mandato de Hashem a Aharón, el sacerdote, de encender el candelabro en el Templo. A continuación dice1: “Y en esto consiste la obra del candelabro, una pieza de oro cincelado, desde su base, hasta su flor, era toda cincelada”.
Los comentaristas bíblicos preguntan2: ¿ Acaso no se entregaron las disposiciones para hacer el candelabro ya mucho tiempo atrás, en la Parshá Terumá3, y lo que trata aquí el texto es sobre el mandato de encenderlo? Siendo así, ¿por qué vuelve a repetir aquí la Torá los detalles de su elaboración?
Rashi no se ve obligado a responder esta pregunta de forma directa, puesto que de acuerdo a su línea de pensamiento, el texto de nuestra Parshá no nos habla de las leyes de las luminarias, sino de la Parshá del candelabro, y por ende lo que hace la Torá es remarcar que la esencia del candelabro radica en haber sido elaborado de una pieza de oro cincelado y de que sus luminarias deben brillar “hacia el frente- el centro- del candelabro”. A diferencia de ello, el Rambán4 interpreta esta reiteración de la Torá como una condición del encendido del candelabro. Es decir, ¿cuál es el encendido correcto? Aquel que se lleva a cabo en un candelabro elaborado “de una pieza de oro cincelado”.
LUMINARIAS Y ALMAS
Es sabido que el alma es llamada una luminaria. Como está escrito5: “La Luminaria de Hashem es el alma del hombre”. El pueblo judío todo es definido por el profeta como “un candelabro de oro”. Resulta entonces que el candelabro del Templo simboliza la esencia del pueblo de Israel. Los siete brazos del candelabro simbolizan siete diferentes niveles de servicio a Hashem que existen en el pueblo judío.
Sin embargo, a pesar de estas diferencias de niveles, todos los tipos de judíos están unificados en una misma esencia y entidad. Esto se ve reflejado en el hecho de que todo el candelabro estaba elaborado de un solo trozo.
Más aun: el encendido debía hacerse de manera tal que las luminarias brillen “hacia el frente -el centro- del candelabro” que la luz específica de cada uno de los niveles que componen al pueblo judío esté unido con la raíz, la fuente que los unifica a todos.
EL CANDELABRO ÍNTEGRO
En esto hay dos niveles de unificación, y a estos aluden en las palabras de Rashi y del Ramban: Rashi, el expositor del significado simple y literal del texto, ve en el mandato del encendido del candelabro aquí mencionado, la parshá del ‘candelabro’. Es decir, se requiere sea íntegro, y que todas las siete luminarias estén unidas a su raíz única- ‘una sola pieza cincelada’.
El significado espiritual de esto es que el judío siempre debe aspirar a su raíz y fuente, al punto esencial unificado de donde fueron esculpidas todas las almas, donde no hay diferencia entre un alma y la otra. Es su deber revelar la raíz común de su alma que está unida a su compañero con un vínculo inseparable.
ILUMINAR AL MUNDO
Mientras que el Ramban, quien en su comentario revela el significado interior, subyacente del texto, ve en nuestra Parshá las leyes de las ‘luminarias’. El verdadero objetivo no finaliza con revelar la unidad de esencia de todas las almas judías, sino en que todas iluminen y cumplan con su función de ‘luminarias’.
El objetivo de la creación es, revelar en el mundo la unión de esencia de las almas de Israel, y a través de ello revelar en el mismo la unidad de Hashem que incluye a toda la existencia.
Lo principal es brillar hacia fuera, iluminar con Divinidad al mundo entero. Ese es el significado interno del candelabro- iluminar al mundo todo con la luz Divina de la unidad absoluta reflejada en el candelabro del pueblo de Israel.
(Likutei Sijot Tomo 28, Pág. 60)
NOTAS: 1. Bamidbar 8:4 2.Ver Abarbanel, Alshej, Or HaTorá, y otros. Sefer HaMaamarim 5566, Pág. 242 3.Al ordenarla- Shemot 25:31 en adelante. Al concretarse su realización Shemot 37:17 y en adelante. 4.Nuestra Parshá sobre el versículo 5.Mishlei 20:27