El Arresto y Liberación de Rabi DovBer de Lubavitch
10 de Kislev 5587 (1826)
Rabi Pinjas Reizes fue un Jasid del Segundo Rebe de Jabad Lubavitch, Rabi DovBer (conocido como el “Miteler Rebe”). Cuando Rabi Pinjas falleció, su único heredero fue un sobrino, que desafortunadamente era un sinverguenza.
En los artículos que recibió el sobrino de herencia, había una carta escrita por el Rebe a su tío, en el que le pedía a Rabi Pinjas que sirviera en un comité especial para desembolsar fondos para caridad. La suma citada en la carta era de 4000 rublos.
El sobrino vio esto como una gran oportunidad para chantajear al Rebe. Si el Rebe no le daba el dinero, iría a las autoridades y diría que Rabi DovBer estaba colectando fondos para propósitos ilegales. Pero el Rebe estaba inmune a sus intimidaciones. “No obtendrás ni un centésimo de mi”, le dijo. “Haz lo que quieras, pues yo no he hecho nada malo y no tengo miedo de tus amenazas”.
Indignado por la respuesta del Rebe, el sobrino llevó a cabo su amenaza. Con ayuda de sus desagradables socios, alteró la carta original para hacerla parecer que el Rebe tenía 104.000 rublos, en vez de 4000. El Rebe fue acusado por varias actividades criminales.
El Sábado de noche, 28 de Tishrei 5587 (1826), investigadores entraron a la casa de Rabi DovBer. Verificaron todos sus permisos. Cuidadosamente anotaron todos los materiales escritos, y cualquier otra cosa que les había parecido sospechosa. Al mismo tiempo, otro grupo de investigadores revisaron la sala de estudio del Rebe, los Jasidim no podían entender lo que estaban tratando de encontrar.
Una gran cantidad de personas se habían juntado frente a la casa del Rebe, y todos podían escuchar las súplicas de la familia del Rebe a la policía. El único que parecía que se estaba tomando las cosas con calma era Rabi DovBer. Como si nada raro estuviera ocurriendo, se dirigió a su dormitorio a escribir un discurso jasídico. Luego de un rato, anunció que recibiría a gente para audiencias privadas.
A la mañana siguiente, se le ordenó al Rebe a que acompañara a la policía a su sede en Vitebsk. Rápidamete se esparció la noticia de que el Rebe sería arrestado, y en cada pueblo que estaba en el camino, cientos de judíos salían a saludarlo. Gracias a los esfuerzos de varios judíos con influencia, aceptaron que el viaje se haga en etapas, dejando al Rebe descasar.
Cuando su equipaje había llegado a Dobromysl, el Rebe pidió que lo dejaran orar el rezo de la tarde en una sinagoga de allí. Luego, para sorpresa de todos, dijo un discurso jasídico sobre el versículo de Shir Hashirim “Muchas aguas no podrán apagar el amor”. La alusión a su situación era clara.
Luego el Rebe fue encarcelado en la ciudad de Vitebsk y fue puesto bajo estricta seguridad. Tiempo después se enteraron que la persona encargada contra él, era un rebelde contra el gobierno.
El Rebe fue encarcelado por un mes y diez días, pero desde el principio se le fue dado algunos privilegios. Tres personas podían quedarse con el, y tres veces por días, veinte judíos podían entrar a su cuarto para orar con el. También tenía permitido dar un discurso jasídico dos veces por semana delante de cincuenta personas, luego de que el doctor había testificado que era crucial para su salud.
En el ínterin, se estaban realizando muchos esfuerzos para asegurar la liberación. El Rebe fue interrogado varias veces, en donde probó que todo lo que habían dicho sobre el era mentira. Al final de varias semanas, los resultados de la investigación fueron entregados al Ministro del Interior. El ministro estaba impresionado de todas las respuestas dadas por el Rebe, y decidió que se enfrentaran directamente Rabi DovBer y su acusador en un juicio.
En el día designado, el Rebe se vistió con sus vestimentas blancas de Shabat. Cuando llegó a la oficina del Ministro, el oficial estaba tan desconcertado por su apariencia angelical que le ordenó a sus sirvientes que le trajeran una silla al Rebe.
El informante comenzó a amontonar sus invectivas contra el Rebe, pero una por una las fue rechazando por completo. En cierto momento, el acusador se dirigió al Rebe DovBer como “Rebe”, haciendo que el Rebe mirara al ministro y dijera “¿Vio eso? ¡Al principio me llama revolucionario, y ahora me llama Rebe’!”
Desde aquél momento, las alegaciones del acusador se volvían cada vez más ilógicas. El ministro estaba tan irritado de su comportamiento que le ordenó que “dejara de ladrar”, y se lo llevaron humillado. El Rebe fue nuevamente escoltado hacia su cuarto con gran respeto, y le informaron que pronto sería liberado.
Rabi DovBer fue liberado el 10 de Kislev, y se le fue informado en el momento que estaba recitando el versículo del Salmo 55 “El ha salvado mi alma en paz”. Desde ese momento, el evento se celebra todos los años aquel día por la comunidad de Jabad Lubavitch.
Por: Yerajmiel Tiles