Humor, Amor y Temor
Para ilustrarlo contaremos un famoso chiste: Una fría noche de invierno, un pobre obrero judío pasó por la puerta de un caro restaurant. Se detuvo unos minutos para mirar a través del vidrio, y observó a un grupo de personas adineradas que charlaba animadamente, mientras comían deliciosos blintzes.
“Blintzes” murmuró y continuó su camino. Al llegar a su hogar, anunció: “Sara, me encantaría que me prepararas unos blintzes”
“Por supuesto, Moishe, haré lo mejor que pueda” respondió ella.
Sara tomó su viejo libro de cocina y abrió en la página que decía: blintzes. Entonces comenzó a trabajar: 2 tazas de harina, 2 tazas de agua, “Oh! ¡No!” exclamó Sara, “debo rellenarlo con queso crema. ¡Moishe, no tenemos queso crema en casa!”
“Sabes qué, Sara, olvídate del queso”
“Pero también dice que debo agregar nueces, pasas de uva y miel!”
“Olvídate de eso también” dijo Moishe comprensivo.
“¿Y qué hago con respecto a la canela y el azúcar negra?”
“No son importantes. Por favor, prepárame los blintzes que tengo hambre”
Al cabo de un rato, los blintzes estaban servidos en la mesa. Moishe se colocó ceremoniosamente una servilleta en cuello, tomó el cuchillo y el tenedor y comenzó a comer. Después de unos instantes, Sara le preguntó: “Nu… ¿qué me dices? ¿Te gustan?” Él la miró directamente a los ojos y le dijo: “Sabes, no entiendo qué atractivo le encuentran los ricos a los blintzes”
Judaísmo: Estudiar Torá y cumplir los Preceptos, sin amor y temor a Di-s, es similar a comer blitzes sin relleno. El ‘relleno’ es lo que Abraham nos dio. Nuestro patriarca fue el primero que amó a Di-s verdaderamente. Otros, antes de Abraham, eran como el señor Goldberg. Cuando el Rabino entró al restaurant, vio que el señor Goldberg devoraba con fruición un trozo de pescado. “Rabino, por favor, discúlpeme por la manera en que como, pero es que yo amo el pescado”
“No señor Goldberg” dijo el Rabino, “usted miente. Si en verdad amase al pescado, dejaría que éste lo comiera a usted. Usted se ama a sí mismo, por eso come pescado”
El amor es un sentimiento. El temor también lo es. Itzjak, nuestro patriarca, tenía el atributo del temor, o más exactamente guevurá. Guevurá implica fuerza y cambio. Ésa es la característica del miedo, que produce que la persona haga cosas que pueden ser totalmente opuestas a su personalidad. Itzjak deseaba transformar drásticamente al mundo. La Torá relata que él se dedicaba a cavar pozos de agua. Itzjak deseaba transformar el desierto y convertirlo en un oasis.
Por eso ambos son llamados patriarcas. Ya que heredaron a sus hijos, la nación judía, la habilidad de aprovechar ambas emociones en el servicio a Di-s.
(Adaptado de un artículo de Tuvia Bolton)