PARSHÁ MIKETZ
1 de Tevet de 5773 – 14 de Diciembre de 2012 Horario para el encendido de las Velas de Shabat Buenos Aires 19:42 Rosario 19:46 Tucumán 19:50 Bahía Blanca 20:09 Concordia 19:43 Córdoba 19:56 Salta 19:46 S. Fe 19:43 Bariloche 20:53 Mendoza 20:19
Transformando las armas en luz
Janucá, llamada la “fiesta de las luces”, está relacionada con las luces de la Menorá. Fue aproximadamente hace 2100 años que un pequeño grupo de judíos se sobrepuso al régimen griegoasirio que dominaba en Israel y triunfó. Cuando los judíos entraron a Jerusalem, reencendieron el candelabro del Templo que milagrosamente estuvo encendido por ocho días. Recuerdo, que hace 35 años, cuando vivía en una zona de Brooklyn, no existía la violencia, los robos ni los secuestros; pero una vez eso se acabó, y fue justamente en la época de Janucá. Un primo adolescente había escapado de Europa durante la Segunda Guerra Mundial y se había alistado en la marina Norteamericana. Convenció a quienes lo habían reclutado en la marina de su voluntad y disposición de luchar contra el enemigo. Después de la guerra, empezó a fabricar hebillas para los cinturones usados por las fuerzas armadas. Su chiste favorito era: “Sin mí los hombres no podrían ir a la guerra, porque se le caerían los pantalones” Uno de sus hijos decidió involucrarse con las causas judías. Por las noches trabajaba en una farmacia, ayudando en las entregas. Una noche muy tarde, llegó un encapuchado pidiendo drogas; antes que el farmacéutico pudiera conseguírselas, el encapuchado entró en pánico y le disparó a sangre fría al hijo de mi primo. La policía del área estaba totalmente sorprendida, un asesinato sin sentido en una de las mejores zonas, un lugar donde nunca había ocurrido un crimen. Los vecinos estaban compungidos. Cómo imaginar a alguien llegando a su tranquilo vecindario para matar un joven que empezaba a vivir. Activistas de todas partes de la ciudad vinieron al funeral hablaron a favor de la familia y pidieron una investigación. Sin embargo, después de que cesara todo el bullicio, el asesino nunca fue capturado. Pensé que la familia nunca se recuperaría de esa tremenda pérdida. Pasaron muchos años antes que viera de nuevo a mi primo. Estaba produciendo en masa municiones para rifles, armas semi automáticas y otras artefactos destructivos. Después de la insensata muerte de su hijo, su trabajo dejó de satisfacerlo y empezó a explorar nuevas posibilidades. Me preguntaba que estaría haciendo y como había logrado enfrentar ese inmenso dolor. En viaje que hice a Nueva York, recorrí varias tiendas judaicas en las cuales me encontré con innumerables tipos de janukiot -candelabros. Algunas eran de plata, otras de cerámica o metal. De repente, vi una Menorá totalmente diferente. Era un pedazo de metal ancho sobre una base particular con lugar para las ocho velas. Cuando me acerque más, me di cuenta que los porta velas no estaban hechos de un material usual, sino de un cobre pesado. Examinándolos un poco más, me sorprendió darme cuenta que se trataba de proyectiles M14. La base de la Menorá era uno de esos esqueletos antiaéreos. Finalmente aquí encontré un candelabro hecho de objetos bélicos transformado en un objeto de armonía y esperanza. Pensé ¿quién pudo haber hecho ese candelabro? Decidí comprarlo, pero no estaba a la venta. La Menorá sería una lección para los negociadores de armas, que ahora producían porta velas y candelabros que traerían luz al mundo. Luego supe que ese candelabro fue creado por mi primo. ¡El papá del joven asesinado! ¡Si sólo supiéramos transformar las armas en candelabros, que brillante y milagroso Janucá tendríamos!
* Rabino B. Hecht