Idishe Mames Actuales
Betty Katz Beatriz (Betty) Literat Katz es médica cirujana, ginecóloga y sexóloga clínica. Es miembro de la International Society for Sexual Medicine y docente de la UBA. También es judía observante, madre y abuela. Sus inquietudes la han llevado a unir la ciencia médica con el conocimiento judaico en la teoría y en la práctica: “la gente no necesita tener conflictos pensando qué es lo válido, si ciencia ó religión; se puede, se debería vivir con ambas”, dice. Para ello ha pasado los últimos 20 años estudiando Torá y las fuentes judías del jasidismo y dando conferencias en las cuales expone temas médicos de su especialidad, a la luz de los conceptos judaicos. Gran admiradora de Maimónides (1135-1204), reconoce que “fue un formidable sexólogo y defensor a ultranza de los derechos de la mujer”. “En esta época de tanta confusión, todos deberíamos tener en nuestra mesa de luz algún buen libro sobre judaísmo” dice, “dormiríamos mejor a la noche y nos despertaríamos más contentos cada mañana.
Doctora: su diagnóstico por favor
Cuentos e historias sobre idishe mames hay miles, la mayoría humorísticas. El perfil de la idishe mame ha llegado a adornarse con tantas fantasías que, acorde a ello, hasta mujeres no judías suelen decir de si mismas, “yo soy una idishe mame”.
El amor por los hijos, descripto de un modo un tanto exagerado, el cuidado por la salud física al extremo de recordarle al hijo de 35 años que no olvide ponerse el saquito, cierta manipulación edípica hacia el hijo varón, sobre todo, por celos al afecto de él “por otra mujer”, la sobreprotección por la hija mujer, el rol de víctima y su obsesión perfeccionista por la limpieza y la cocina han creado un combo repetido a lo largo de cientos de anécdotas, con psicoanalistas y diván incluídos.
Pero, ¿es eso en realidad una madre judía? Y, en la época actual ¿existen todavía madres así? ¿Son de esa clase las nuevas generaciones de madres judías, que además de ser madres, tienen un trabajo o profesión y se comunican con los hijos y con el mundo por medio de Internet? ¿O las ídishe mames están condenadas a desaparecer tragadas por los nuevos modelos de conductas no judías y llevadas de la mano por la moderna tecnología?
De mi personal inquietud, que me condujo a observar el comportamiento y modos de desempeñar el rol maternal en las nuevas generaciones de madres judias jasídicas, he descubierto entre muchas otras cosas que,
- Estas actuales ídishe mames no atiborran de comida a sus hijos, les enseñan a comer sano.
- Se preocupan por la salud física de los suyos, pero le dan igual o mayor importancia a su salud espiritual y emocional.
- No intentan que sus hijos se apeguen a ellas como si fueran ídolos, sino que se apeguen a Di-s.
- No tratan de que sus hijos dependan de sus cuidados, sino que aprendan a cuidarse por si mismos y a ser independientes.
- Les enseñan con su ejemplo a ser ídishe miembros del pueblo de sus antepasados y a vivir guiados por las claras reglas judias de conducta.
- Les enseñan a ser respetuosos con los mayores, siéndolo ellas mismas.
- Tienen un gran colaborador que generalmente participa en todo, el ídishe Tate.
He visto ídishe mames y jasídishe mames (¿existen madres más judías que ellas?), que raramente cocinan knishes de papa o kneidlaj, a veces ni siquiera se saben las recetas tradicionales, pero sí realizan menúes con muchas verduras y frutas para cubrir los aportes de vitaminas y minerales de sus hijos.
Lo primero que hacen cuando despiertan a los chicos por la mañana es enseñarles a recitar el “modé aní” y a continuación a realizar el lavado de manos y la bendición correspondiente, entonándolas con melodías infantiles, a veces populares y a veces compuestas por ellas mismas. Por la noche, “vamos a decir Shemá”, significa que es hora de ir a dormir y no hay discusión porque es el momento especial con mamá o papá.
Tienen una paciencia increíble para entretener a los chicos durante horas, sin recurrir a la televisión, con cuentos, canciones y videos que enseñan los simples fundamentos del comportamiento judio, como está en la Torá, muchas veces recurriendo al humor, con chistes y relatos cómicos.
Se esfuerzan por que sus hijos sean buenos compañeros, sociables y amistosos más que por que sean los mejores alumnos. Escuché decir a una de estas modernas ídishe mames “me interesa más que desarrollen buenas habilidades de relación y aprendan a controlar sus impulsos negativos en esta etapa escolar; si al final, todos van a aprender a leer, a escribir y a hacer cuentas”.
Tratan de crear en el hogar un ambiente de colaboración y trabajo doméstico, donde los hermanos más grandes ayudan a los más chicos. Y he escuchado frases como “si te lo dice la bobe ó el zeide, así debes hacerlo”.
Pueden llegar a olvidarse del “saquito de lana protector”, porque su cabeza está llena de otro tipo de protecciones, como que aprendan a diferenciar lo kasher de lo no kasher, que sepan respetar a su maestra y a los mayores y que hablen con un lenguaje sano y recatado, para lo cual nutren sus cabecitas con sonidos y palabras de Torá y con buenos ejemplos.
Estas ídishe mames utilizan celulares de última generación y en sus trabajos manejan una computadora como hackers, pero no he visto que los utilicen cuando están con sus hijos; en ese momento están presentes en cuerpo y alma junto a ellos y no existe nada más importante, así suene el timbre, el teléfono o vengan visitas.
Lo que sí ví y me causó ternura, es una mamá sentada junto a la camita de su hijito, mientras su celular emitía música de nigunim (canciones jasídicas), con las cuales, ambos se habían quedado dormidos.